El tradicional campeonato de futbito de Garralda, que este año ha reunido a 23 equipos entre las categorías masculina y femenina y que el sábado culminó con los partidos finales, sigue consolidándose no sólo como una cita deportiva destacada en la agenda pirenaica del Pirineo, sino también como un evento clave para reforzar los lazos sociales de la zona.
El torneo masculino, que esta vez ha celebrado su 32º aniversario, arrancó los sábados de octubre con 16 equipos masculinos, aunque finalmente 14 concluyeron la competición debido a la norma que expulsa a los equipos que no se presentan a dos encuentros. A partir de febrero, se sumaron 7 equipos femeninos, siendo para las féminas la 17ª edición, lo que supuso un cambio en el formato para poder compaginar ambos campeonatos y permitir que sendas categorías llegasen a las fases finales de forma conjunta.
Así, una pista abarrotada acogió este sábado las finales de la competición. Primero, fue el turno de las mujeres, donde Ostiralak, del valle de Esteribar, se alzó con la victoria tras vencer a Seiherri neskak (de Garralda, Aoiz y otros) por 7 a 2. Seguidamente, tuvo lugar la final del campeonato masculino, en la cual el equipo Hostal Etxeberri, de Esteribar, venció por 4 a 1 al equipo Auritz (de Auritz-Burguete). La entrega de premios se llevó a cabo tras la cena, donde se juntaron 330 comensales. Allí, además de a los equipos premiados, también se reconoció a los pichichis, a los mejores jugadores y porteros y a los equipos más deportivos, entre otros.
Pista a reventar
Más de 200 personas han participado directamente en el torneo, -alrededor de 126 jugadores masculinos y unas 80 jugadoras-, sin contar el gran número de seguidores que han abarrotado las gradas cada fin de semana. “Ha habido jornadas que parecía que eran las finales, con la pista a reventar. Hay mucha más gente que antes y también ayuda que muchos jugadores optan por quedarse a ver los siguientes partidos”, asegura Oskar Garralda, uno de los impulsores y el alma máter del campeonato.
Y es que, después de 32º ediciones, este evento se ha convertido en algo más que deporte. “Es una excusa perfecta para reunirnos en invierno, cuando no hay tantas actividades y hace frío. Y sirve para relacionarse, quedar, tomar un pote después de los partidos… es más que un torneo”, añade Garralda.
Además del gran trabajo voluntario y desinteresado que realizan los organizadores desde hace más de treinta años, el éxito del torneo también se debe a la ayuda y colaboración de empresas patrocinadoras de la zona y de otros agentes. “Queremos agradecer a todos los colaboradores, al Ayuntamiento de Garralda y a todo el personal que directa o indirectamente nos echa una mano. Por supuesto no nos olvidamos de los equipos, que muestran su compromiso año tras año”, concluye.