Un cuarto de siglo contempla la evolución del proyecto Bodegas y Viñedos Alzania. Una iniciativa que José Manuel Echeverría y María Sáenz-Olazabal decidieron ubicar en Los Arcos. “Buscábamos un lugar especial por su viñedos y éste nos pareció el ideal”, aseguró Jose Manuel Echeverría. Entre otras cosas porque su familia poseía ya viñedos en la localidad cercana de Arróniz “y por que queríamos tener nuestra propia bodega para continuar con una tradición familiar que nos gusta a ambos”. Un proyecto que nace tanto desde la elaboración del vino y sobre todo, por el amor a las viñas. Un proyecto familiar en el que apostaron “todo lo que tenemos porque esa es la única manera de poder sacarlo adelante, jugándotelo todo a una apuesta por el territorio”. 25 años después celebraban en la bodega de Los Arcos una pequeña fiesta a la que asistió el consejero de Desarrollo Rural y Medioambiente, José María Aierdi; el alcalde de Los Arcos, Eduardo Sáenz de Galdeano; la gerente de la Asociación de Bodegas de Navarra, Sonia Benito; David Palacios, presidente del Consejo Regulador DO Navarra, así como Ana Sagüés y Félix Cibriáin, de Evena, junto con un nutrido grupo de hosteleros navarros “que trabajan” con los caldos de Alzania.

Selección

Un producto que apuesta por la selección en las viñas y en la bodega, ya que apenas elaboran unas 50.000 botellas que, eso sí, saben vender por buena parte de Europa “sobre todo Suiza, Holanda, Bélgica y Alemania”, además de Estados Unidos. Construir la bodega en esta zona fue toda una apuesta por los vinos de Navarra y por Tierra Estella como una zona que, además cuenta con los vinos de la DOCa Rioja y la DO Navarra “está claro que esta zona es de mucha calidad vitivinícola por sus suelos su microclima y por las variedades existentes. Queríamos viñedos en secano, que son de los que menos producen de todo Navarra, y con una gama de vides especiales” aseguraron. 

Vides especiales

Y es que para Echeverría y Sáenz-Olazabal, Tierra Estella es una zona muy apta para vinos de calidad. Queríamos viñedos en secano, de baja producción y con uvas especiales como syrah, garnacha tinta, merlot y garnacha blanca, tempranillo, chardonnay y sauvignon blanc. 

Con todo, una de las perspectivas más interesantes de esta bodega es su apuesta por recuperar variedades autóctonas, alguna de las cuales solo existe en esta zona. Un proyecto que se está desarrollando con Evena y que puede modificar el panorama vitivinícola de Navarra en el futuro, abriendo puertas a nuevas variedades que se adapten a la tierra y a los efectos del cambio climático que ya “está aquí”. La fiesta de celebración se hizo con los primeros vinos de la cosecha del 2.000 realizados en esta bodega que cuenta entre sus secretos mejor guardados, el de su orientación que va en la misma dirección al Camino de Santiago y de la Vía Láctea.