Los incidentes entre vecinos de Marcilla y menores que viven alojados en el COA de la localidad bajo tutela del Gobierno de Navarra se han agravado en la noche del jueves al viernes con un enfrentamiento directo entre implicados, con lanzamientos de sillas, botellas y distinto mobiliario en pleno casco urbano. La situación ha alcanzado un punto álgido después de días de altercados previos.

Así, el miércoles por la noche, cuentan los vecinos de Marcilla, fue un día más en la larga lista de trifulcas en la puerta de COA, el centro de menores del municipio. Y es que, afirman quienes viven en el entorno, “tenemos miedo e inseguridad”. Por este motivo, y tras “llamar un día sí y otro también a la policía”, este mediodía se han reunido de nuevo con la alcaldesa de la localidad para pedirle, en la medida de sus posibilidades, “más seguridad”.

Se trata, cabe recordar, de un tema que viene de lejos y que el Consistorio lleva tratando de solucionar desde hace años de la mano del Gobierno, que es de quien depende el COA. “Estamos atados de pies y manos. Nosotros, como Ayuntamiento, no podemos hacer nada más allá de presionar, colaborar y solicitar más seguridad. Entiendo perfectamente el hartazgo y el malestar de la ciudadanía, porque es el mío propio. ¡Qué más quisiera yo que poder solucionarlo! Es una situación que está generando un grave conflicto en el pueblo; hay un gran problema de convivencia”, explicaba la alcaldesa, Esther Villanueva, que esta misma tarde se ha reunido de nuevo con las consejeras de Interior y Servicios Sociales del Gobierno foral. En el encuentro también han estado Policía Foral y la dirección de la gestora del centro y, en el mismo, han analizado la problemática, planteado posibles soluciones, y quedado en volver a juntarse en quince días.

Es cierto, reitera, que van habilitando otros recursos, como el que abrirán próximamente con 25 plazas en Pamplona, “pero, de momento, lo que hay hasta ahora aquí no se ha notado” y, de hecho, siguen firmes en que su objetivo es “el cierre definitivo del centro”.

Movilización vecinal

Este miércoles, apuntan los vecinos, “no es que fuese algo diferente a lo que suele suceder; gritos y más gritos en la puerta del edificio, pero, como el tema está candente y el ambiente muy, muy crispado, hay quienes bajaron de sus casas y se encararon con los menores”. 

Otros, además, a través de las redes sociales han planteado la posibilidad de iniciar movilizaciones después de ver que “las reuniones en los despachos tienen poco efecto”. Y es que aseguran que ya no es algo que afecte solo a Marcilla sino que el problema se puede expandir a toda la zona. “A este paso, hasta que no haya una desgracia no se va a poner solución”.

Años de negociaciones

En las últimas reuniones entre Consistorio y Gobierno, el departamento reconoció “la presión existente”, pero, a nivel local creen “esencial seguir trabajando de manera urgente para garantizar una solución definitiva para el COA tras más de cinco años de gestiones. La presión vecinal no desaparece. No basta con intenciones; necesitamos hechos”. 

La gestión del centro, en principio para 40 plazas, aunque está sobredimensionado con más del doble de menores, se adjudicó recientemente por 2,19 millones anuales a la Asociación para la Gestión de la Integración Social Ginso, la misma que lleva ofreciendo el servicio desde 2022.