ras de suelo el drama es el que es. La plaza vacía y un parque infantil con precinto, imagen que encaja con una pandemia mundial. Pero conforme la vista gana altura, y a determinadas horas del día, la escena muta. Erripagaña le planta cara al miedo y al aburrimiento. Ataca al coronavirus con el Dúo Dinámico, Paquito el Chocolatero, el Riau Riau, Barricada o el Hola don Pepito. No hay piedad con el bicho. En esta locura lo mismo son Sanfermines que Navidad. Un absurdo temporal de guirnaldas y punteros láser tan raro como quedarse en casa y a la vez salir de fiesta. Cosas que pasan en un estado de alarma. Italia exportó la balconada popular y entre las calles Madrid, Londres y Ángel Postigo Mejía les han bastado 24 horas de cuarentena para replicar la propuesta.

"Después de aplaudir a los sanitarios ponemos música y luces", dice Olaia Nagore, que quitaría de la playlistResistiré porque "es siempre la misma". Sí le gustan la de Tusa y los temas en euskera. "Es una gozada, la alegría de la plaza. Y sobre todo la alegría de los niños. Me alegro de que un vecino haya tomado esta iniciativa. Le seguimos todos y cada día nos estamos uniendo más. En medio de toda esta tristeza estamos sacando una sonrisa", explica Mónica Pérez Atienza, que vive en uno de los bajos con terraza de la calle Londres. "Aquí tenemos nuestro pedacito de cielo, es un resort cinco estrellas. No tengo derecho a quejarme", dice sobre las condiciones de su cuarentena. "En estos momentos te saludas con todo el mundo aunque no te conozcas, preguntas si hace falta algo... Te sale la solidaridad".

Para Raquel Mendívil la cuarentena en casa está siendo dura. Sobre todo para sus dos hijos. El mayor estudia 1º de la ESO y cumple sus seis horas de clase conectado por ordenador con el profesor. "Está muy bien, pero creo que le han puesto demasiada presión y se han olvidado de la situación". Y su pequeña de nueve años "lleva tres noches viniendo a la cama llorando, que me agobio que me agobio...". Los críos no están bien. Y se agradecen esos momentos. Salen con las luces, se lo pasan bien... Creo que cuando acabe todo esto vamos a ir todos los vecinos a darle un abrazo al que pone la música".

"En fiestas de Lanz no tenemos estos altavoces", opina por su parte José Mari Mariñelarena. "El desfase general ha ido a más", añade este vecino que sale a su balcón con una varita tan mágica que se ilumina. Todo vale. "El primer día fueron los móviles, luego los críos con lucecitas de San Fermín, un vecino puso las luces de Navidad, otro le vio... la gente se ha ido contagiando", explica su mujer Nerea Elizalde, madre de una niña de tres años que espera un varón en 15 días. "Embarazada como estoy, no salgo de casa para nada, y esto se agradece muchísimo. Y en las terrazas estamos coincidiendo con más vecinos que antes, cuando hacíamos vida normal", opina Nerea. Como el miércoles fue su cumpleaños, "le cantó toda la plaza el cumpleaños feliz. También estuvo muy bien cuando el del acordeón tocó el zortziko de Lanz", retoma José Mari. Dice que los vecinos cuyas ventanas dan al otro lado de la plaza "miran con envidia el ambientico que tenemos", y manda "mucho ánimo para todo el mundo".

Eneko Eransus Lecumberri tiene 7 años y baila a su gigante Josemiguelerico "desde el primer día, que tocaron la polonesa. Mi padre me dijo que lo sacara, luego todos los vecinos empezaron a aplaudir y ya lo saco siempre". Es su mejor rato del día: "Suelo dar giros y vueltas, y cuando me voy mareando voy para adelante, para atrás, a los lados... y después sigo dando vueltas", explica.

Su padre Txus Eransus Señas piensa que la comunión vecinal comenzó "el segundo día de confinamiento. Se plantaron en la plaza dos mujeres de cháchara y un hombre tomando el sol. La gente salió al balcón, les dijo que se fueran a casa... y la plaza hizo piña". Opina también que "el aburrimiento te hace salir. Se está montando una buena fiesta, y estamos todos esperando que lleguen las seis y las ocho. Nos lo pasamos bien, sobre todo los pequeños, que también son los que peor lo están pasando. Esas dos franjas de fiesta son dos ratos que le quitas a la tarde", dice.

Más de lo mismo entiende Iñaki Ayerra, con dos niños de 11 y 5 años. "El encierro es bastante agobiante, los ves cada vez más nerviosos. Es una situación que no hemos vivido nunca y lo llevas como puedes". Valora "cómo enseguida la gente se une. Hemos hecho una piña muy grande casi sin querer". Y ese "rato de distracción, de diversión. Sales al balcón, cantas y chillas. Al principio al mayor le daba vergüenza, se fue animando y ayer ya chillaba. Los críos se lo pasan bien". No solo ellos: "Yo a las ocho me echo todos los días una cerveza a gusto. Y te ríes un rato".

A Jero García-Fresca, videocreador y socio de la agencia de comunicación Funtsak, el coronavirus le pilló "volviendo a los orígenes de videojockey". Preparaba una sesión con un grupo de electrónica, y como se llevó material a casa para hacer pruebas, el primer día de ovación a los sanitarios se le ocurrió utilizarlo: "voy a proyectar en la fachada de enfrente". Desde el salón saca más o menos una pantalla de 8x5 metros. Al principio con sanitarios, "pero he ido añadiendo gremios; transportistas, agricultores, el de la tienda de enfrente, la farmacéutica de abajo... gente que está en la calle. Intento coger todos los gremios y que sean del barrio, con fotos que me van pasando". "Está siendo una gozada todo lo que está surgiendo a raíz de esta mierda. El del 7º con el acordeón, el que pincha la música, todo el mundo con las luces... Para mí es el ratico más divertido del día", concreta Jero, que aprovecha para "dar ánimos a todo el barrio y las gracias a todos los que están currando".

18.00 horas, dianas. Amenizadas por el acordeonista del 7º de un bloque de la calle Londres. Actúa la comparsa de gigante no tan gigante de Eneko, que baila la 'polonesa' con Josemiguelerico en la terraza de su casa en la calle Madrid.

18.30 horas, pilates. Clase de Inma desde su terraza. ¡Novedad en el programa!

20.00 horas, ovación y dj Fernando. Ovación al personal sanitario y actuación de dj Fernando (se aceptan sugerencias vecinales). Sesión acompañada por las videoproyecciones de Jero, un homenaje a los profesionales en primera línea de fuego desde la ventana de su salón, en la calle Londres.

22.00 horas, fin de fiesta. Copa común organizada por WhatsApp y fin de fiesta.

"En medio de toda esta tristeza estamos sacando una sonrisa"

Vecina de Erripagaña

"El acordeón, el que pincha, las luces... es el ratico más divertido del día"

Vecino de Erripagaña

"Coincidimos con más vecinos que cuando hacíamos vida normal"

Vecina de Erripagaña