- Uno de los sectores más afectados por la crisis sanitaria es el del transporte público, donde las restricciones al movimiento de personas que incluye el estado de alarma ha dejado la actividad reducida a la mínima expresión en el caso de los taxistas.

No salen de una, tras los problemas que tuvieron que afrontar recientemente por la concesión de licencias a los vehículos con conductor, y ahora reciben el impacto directo de las consecuencias del coronavirus. Como sucede con muchas empresas, hosteleros o el sector turístico, el taxi lleva una semana con la 'persiana' casi cerrada, con muy pocos servicios atendidos y unas restricciones que han ido en aumento, complicando aún más su ya de por sí delicada situación.

Daniel Aldaz, taxista de Pamplona, explicó ayer que al principio de la crisis se permitía el traslado de dos personas en el mismo vehículo, pero que un decreto de ámbito nacional posterior lo limitó a una, lo que ha dado lugar a complicaciones en el servicio de estos días. "Nos avisaron la semana pasada desde la centralita para un servicio en la avenida de Pío XII y como estaban varias personas hubo que llamar a 3 vehículos para poder trasladarles. No hubo problemas porque apenas hay trabajo".

De los 315 taxis disponibles en Pamplona y Comarca, entre 40 y 50 se encuentran operativos por turno en estos momentos. Trabajan en jornadas alternativas según el número de licencia. Los servicios son escasos, 6 ó 7 de media al día, sobre todo a primera hora de la mañana. Baja mucho por la tarde y los fines de semana es nulo. "También hacemos el servicio de transporte de paquetes y recados, ya que podemos trasladar a cualquier domicilio objetos que se necesiten. Es algo que hacen desde siempre los taxistas, pero ahora que los ciudadanos no pueden moverse es importante que sepan que existe este servicio y que estamos autorizados a trasladar cosas a otros sitios", comentó Aldaz.

En cumplimiento del protocolo de prevención de riesgos, es obligatorio el pago del servicio de taxi con tarjeta y cumplen a rajatabla con las medidas de seguridad personal, como llevar guantes y mascarilla, y de la limpieza del vehículo. "No podemos utilizar lejías dentro del turismo, pero usamos otros productos en las zonas de contacto, como las manillas, y evitamos tocar maletas o bultos. En cualquier caso, no tenemos muy claro cómo proceder porque nadie nos lo ha explicado y estamos preocupados ante la posibilidad de tener un percance con el vehículo, porque los talleres están cerrados".

El martes se ofreció voluntario para participar en la iniciativa solidaria que se ha puesto en marcha para proporcionar alimentos al personal sanitario, acudiendo con varios envíos al área de Maternal, al servicio de Urgencias y al centro ambulatorio San Martín. Ayer, en su día de descanso también cogió el taxi: tuvo que trasladar a su mujer, empleada del Complejo Hospitalario, a realizarse la prueba del coronavirus después de que tres compañeras del departamento hayan dado positivo y otras 5 presentes síntomas.

César Méndez, otro taxista de Pamplona, se refirió ayer a los largos tiempos de espera que deben hacer frente los profesionales del sector en estos días ante la poca demanda de servicios.

"El bajón en el trabajo es evidente, sólo hay que ver el tiempo de espera en las paradas. Como anécdota recuerdo que el 19 de marzo había vehículos que llevaban más de dos horas en la parada de la calle Iñigo Arista. El taxi necesita de la actividad diaria para funcionar, que la gente vaya de un lado a otro. En una ciudad paralizada por el estado de alarma, la movilidad que se produce es muy escasa".

Como representante de Teletaxi SanFermín menciona la "avalancha de preguntas recibidas sobre la normativa vigente: cuántas personas pueden montarse en el vehículo, si el servicio funciona con normalidad, qué pasaría en el caso de que la policía parara al taxi. Incluso hay gente que ha llamado para decir si pueden pagar en efectivo porque se han quedado sin saldo en la tarjeta de crédito. Como el resto de trabajadores, estamos realmente preocupados por el futuro, porque la cruda realidad no deja lugar al optimismo. Prevemos que vendrán meses difíciles".

Para paliar esta situación, Méndez considera que "habrá que esperar a las medidas que se tomen próximamente desde el Gobierno central para acceder a algún tipo de ayuda. En esa línea está trabajando la Junta Directiva. Lo que sí llevamos tiempo demandando a la administración desde antes de la aprobación del estado de alarma es que nos consigan mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos. El taxi es un sector de riesgo y muchos compañeros se encuentran ante la dificultad de proveerse de material protector con el que sentirse más seguro".

Dice que al tener una exposición directa y no poder guardar un metro y medio de seguridad está provocando "que muchas licencias no salgan a trabajar por miedo. Miedo no sólo al contagio propio, sino a la transmisión de la enfermedad a personas de su entorno, como hijos o padres mayores. Hay compañeros que han aislado la parte delantera de su vehículo con plástico PVC, al igual que hicieron en algunas ciudades chinas. Pero, antes de llegar a estas soluciones, se necesita dicho material".

Por último, recordó que la asociación Teletaxi San Fermín se ha ofrecido a la Administración a colaborar para realizar servicios de traslados de los médicos y enfermeras a los centros sanitarios o a domicilios particulares, y que según ha comunicado Transportes, hoy por hoy no es necesaria esta colaboración.

El panorama se presenta todavía más complicado fuera del radio de acción de la capital, en las localidades del resto de la Comunidad Foral donde el confinamiento ha obligado a restringir el movimiento de personas a lo imprescindible, como en San Adrián, donde José Antonio Pérez, se ha ofrecido para trasladar gratis a las personas mayores o con necesidades. En una semana ha realizado cuatro servicios pese a encargarse de una zona amplia y poblada, que incluye además Azagra y Andosilla, donde operan otros 3 taxistas. Lo habitual hasta el estallido de la crisis era que realizaran una veintena de traslados semanales a Estella o Pamplona, la mayoría a centros de salud, y reclama que las ayudas anunciadas por el gobierno también afecten a su profesión. "No sabemos cómo vamos a poder hacer frente a todo lo que se nos viene encima. Anuncian ayudas, las empresas pueden aplicar un ERTE pero de los autónomos nadie se acuerda".

José Antonio Pérez, de 47 años, lleva 10 en el taxi, como hizo su padre durante 30 años. Al disponer de un vehículo de 9 plazas y adaptado, puede trasladar en un viaje a dos personas a la vez, aunque manteniendo la distancia de seguridad dentro del habitáculo. "Los tenemos que llevar en filas diferentes y en sentido cruzado".

"La mayoría de los servicios se hacen por la mañana, unos 6 o 7 al día"

Taxista de Pamplona

"Los tiempos de espera en las paradas llegan a las dos horas"

Taxista de Pamplona

"A ver si las ayudas que anuncia el Gobierno llegan a los autónomos"

Taxista de San Adrián