esde ayer, Navarra se encuentra en la Fase 3 de la desescalada, pero la apertura de la movilidad con comunidades colindantes aún no está permitida. Esta limitación está afectando especialmente en Viana, municipio que, en el día a día, depende enormemente de Logroño, situado a escasos 12 kilómetros. Por eso, durante este tiempo tan atípico, los vianeses y vianesas han tenido que cambiar sus hábitos de vida y de consumo. Esto, en palabras de la alcaldesa, Yolanda González (PSN), “ha permitido fomentar el comercio local”, el que ha sabido responder a la demanda de servicios mínimos. Sin embargo, otros sectores más específicos como el informático, el del textil y calzado o el servicio de ITV se han visto afectados. Los de Viana han tenido que cubrir estas cuestiones en Estella-Lizarra y Pamplona, a 41 y 80 kilómetros, respectivamente.

Uno de los negocios que más se está viendo afectado es el centro comercial Las Cañas. Este funciona mayoritariamente con un público riojano. Según explicó Kakel Arandia, concejal de Geroa Bai del Ayuntamiento de Viana, aunque la afluencia desde lugares cercanos como Mendavia, Bargota o Estella también es importante, la ausencia de clientes logroñeses es prácticamente insostenible.

Ya desde el inicio de la desescalada, ante los inconvenientes que se intuía iba a acarrear esta medida de cierre de fronteras, el Ayuntamiento de Viana trasladó la situación a Delegación de Gobierno. La corporación municipal incluso dirigió una carta a la vicepresidenta Primera del Gobierno del Estado, Carmen Calvo, en la que se le exponía la coyuntura y se le solicitaban medidas específicas. De igual modo, el senador por designación del Parlamento de Navarra, Koldo Martínez (Geroa Bai), se encargó de hacer llegar estas demandas a vicepresidencia. A pesar de los esfuerzos y de la continua comunicación entre instituciones, Viana sigue a la espera.

La presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, señaló el pasado domingo la importancia del “diálogo y la coordinación entre las comunidades autónomas limítrofes para recuperar la movilidad entre nuestros territorios, siempre y cuando las condiciones sanitarias lo permitan”. De este modo, aunque el tránsito a comunidades colindantes no se contempla para el inicio de la fase 3, sí se está estudiando que pueda realizarse a partir del 15 de junio. De no darse así, la apertura de la frontera tendría que aguardar al fin de la desescalada y el comienzo de la nueva normalidad. Aunque la diferencia entre un escenario y otro es de apenas una semana, para Viana, según apuntó el concejal Kakel Arandia, sería decisivo. “La situación está afectando a los negocios y a las cuestiones diarias de los vecinos y vecinas, por lo que volver a la normalidad cuanto antes es prioritario”, señaló.

De momento, el malestar de vianeses y vianesas sigue aumentando. Estos, según ha ido sabiendo Arandia, encuentran algunas incoherencias en las medidas. “Se ve absurdo no poder cruzar a Logroño para ir al dentista, pero sí poder llegar hasta Lesaka, por ejemplo”.