pamplona - La Casa de la Juventud de Pamplona debatió este fin de semana los grandes problemas ambientales que sufre el planeta. La organización Greenpeace Navarra puso el marco a un foro de discusión en el que tuvieron cabida desde los plásticos, los diversos sistemas de gestión de recursos, los problemas de ríos y la energía o el ecofeminismo. Una decena de expertos entre biólogos, geólogos, ingenieros o educadores ambientales participaron en las cuatro charlas y la proyección de tres documentales para ilustrar la situación de deterioro ambiental y algunas líneas de trabajo que buscan ralentizarlo o revertirlo.

Ana Malón, voluntaria de Greenpeace Pamplona y Andoni Uriarte, director de Recircula, destacaron los efectos nocivos y el impacto del uso “masivo” de plásticos en nuestras vidas cotidianas. Según expusieron, el abandono de plásticos en el medio ambiente mata a miles e especies marinas y de aves, y ya se ha descubierto que la fracturación y transformación de éstos en microplásticos y fibras sintéticas han entrado en la cadena alimentaria de peces y, en consecuencia, en la nuestra. Destacan que Europa es el segundo productor mundial de plásticos después de China, y la mitad del plástico que se produce se destina a la fabricación de envases. Greenpeace denuncia en un informe, Maldito plástico: reciclar no es suficiente, el fracaso de los sistemas actuales de gestión (SIG) a través de Ecoembes y Ecovidrio y del “monopolio” que ostentan. Abogan por la implantación de sistemas de depósito, devolución y retorno (SDDR) para evitar el masivo abandono de envases, y para que la recuperación de los mismos sea de una “calidad superior” que permita que se vuelvan a reutilizar o reciclar “volviendo a ser otro envase. Éste es uno de los pilares de la economía circular, que los materiales vuelvan a ser lo que eran y no se transformen en materiales de muy baja calidad que imposibilita su uso en el mercado”, refrendan. El sistema de SDDR lo contemplan tanto el Plan de Residuos 2017-2027 como la Ley Foral de Residuos, que es la más avanzada del Estado junto con la de Mallorca.

Andoni Iriarte, a su vez, señaló la necesidad de cambiar el modelo de consumo a la vista de los malos resultados en materia de recogida, ya que solo se recoge selectivamente un 38% de lo que se genera y se recicla el 25%, lo que hace pensar que “la circularidad de los recursos la debemos obtener con otros modelos”, de ahí la defensa del sistema SDDR, “incentivando a su vez económicamente al consumidor; debemos presionar a nuestros gobiernos para facilitar su implantación y en Navarra tenemos una ley que lo posibilita”.

La jornada del sábado también contó con la presencia de Carlos Perles, biólogo y voluntario de Greenpeace Pamplona, que habló de la importancia de mantener los ríos “libres y sin barreras ni presas ni taludes de contención. Los ríos necesitan un espacio para las crecidas y con éstas se van moviendo los sedimentos y fertilizan los campos y riberas donde proliferan plantas, arbustos y árboles que frenan la crecida del río y hacen que baje el agua más despacio, además de hacer un efecto esponja que irá soltando el agua poco a poco, de esta manera se consigue también que los ríos sigan teniendo cauce a pesar de que no llueva”, expuso.

renovables En la sesión de ayer participó Xabier Loyalte, ingeniero técnico de Goiner Taldea, grupo cooperativo ciudadano de consumo, quien puso de manifiesto que en España las grandes eléctricas (Endesa, Iberdrola y Gas Natural Fenosa) siguen apostando por una energía “contaminante en la que no tienen cabida las renovables”, por eso trabajamos para que este modelo insostenible cambie”. A su entender, la revolución energética en manos de la ciudadanía es el camino. Expuso el funcionamiento de las cooperativas de energía ciudadana colaborativa y cómo podemos contratar nuestra electricidad con ellas. Y dio a conocer un proyecto piloto de la cooperativa Goiner sobre consumo de energía renovable con tecnología blockchain Open-resource.

crisis de los cuidados Otra de las ponentes de ayer, Yolanda Fernández Vargas, es experta en igualdad y directora de la Federación de Mujeres Progresistas desde el año 2010. Desde hace más de un año forma parte de la Comisión de Ecofeminismo en Ecologistas en Acción, una corriente de pensamiento y teoría política que da respuesta a dos los problemas de la civilización que resultan determinantes para “cambiar el modelo actual”: la crisis ecológica y la desigualdad estructural que viven las mujeres y que conlleva a una crisis de los cuidados. Desde el ecofeminismo profundizó en la posición subordinada y asimétrica de las mujeres en las relaciones de poder. Los hombres se han mostrado a lo largo de la historia como seres trascendentes porque dominan la naturaleza, toman decisiones, actúan... mientras que las mujeres somos seres “inmanentes, apegadas a lo cotidiano y a los cuidados”. El sistema patriarcal ha resuelto esta evidencia durante muchos años, insiste, a través de la división sexual del trabajo, privatizando la supervivencia, y relegándola al espacio doméstico, en donde han sido confinadas las mujeres desde la revolución industrial. El sistema patriarcal, apoyado y ayudado por el sistema capitalista, no tiene en cuenta ni los cuidados ni los recursos naturales como riqueza económica de un país. De ahí el peligro de aplicar políticas de “austeridad” que incidan en el ámbito social, sanitario y educativo porque terminan por afectar la responsabilidad laboral de las mujeres y a revitalizar los roles de género.