a antigua estación de autobuses celebró ayer la primera edición de Re*Market, un espacio para el trueque y la venta de ropa y complementos de segunda mano que se celebrará con carácter mensual los segundos sábados de cada mes. En su estreno contó con la presencia de 7 puestos diferentes en la zona de taquillas más cercana al bar y buena asistencia de público por las dependencias de Geltoki, que no para de acoger iniciativas sociales de todo tipo desde que el cuatripartito municipal adecuó el espacio para tal fin.

Re*Market tuvo un horario de 11 a 14 horas y ofreció dos modalidades: trueque y venta. El objetivo prioritario es ofrecer un espacio público para dar una segunda vida a las ropas, bolsos o zapatos que se acumulan en los hogares con poco o ningún uso. "Es una forma de incentivar el vaciado de nuestros armarios, que en muchas ocasiones los tenemos repletos de ropa en perfectas condiciones que, por un motivo u otro, no utilizamos y que podían ser de gran utilidad para otras personas", comentó Katrin Guinea, coordinadora de Geltoki, que además consideró que "el consumo colaborativo es como un punto de partida, un pretexto para crear comunidad y fomentar el encuentro entre vecinas y vecinos".

El mercado, que estuvo amenizado por la música del colectivo Iruñea Nola All Stars, se ajustó a lo dispuesto por las restricciones derivadas de la pandemia, con aforo reducido, ventilación y los puestos suficientemente separados unos de otros para evitar aglomeraciones en torno a ellos.

Ana Torregrosa y su marido Juan Oscáriz, cada uno en su puesto, exponían zapatos y ropa diversa. "Tenemos mucha ropa y consideramos que es una forma muy buena y directa de vaciar los roperos con prendas que no usamos y darles una segunda utilidad".

Tres amigas, Paula Labiano, Irantzu Aranguren y Alba Maya, acudieron a la cita de Geltoki con parte del vestuario que ya no utilizan. Reconocieron que de forma individual no habrían acudido, pero se decidieron al asistir las tres juntas. "Nos daba un poco de corte, pero al juntarnos las tres nos animamos. Nos tenemos que dar cuenta que hay que reutilizar las prendas, no podemos dejarlas en un cajón después de haberlas usado un par de veces. No es sostenible", comentó Paula.

Para Beatriz del Arco era la tercera feria a la que acude, en su caso con ropa de niños y adultos. "La ropa de los pequeños tiene más salida, porque enseguida se queda pequeña y por lo general suelen estar en buen estado".

Juan y Sandra se trasladaron a Pamplona desde Vitoria-Gazteiz con un surtido muy amplio de ropas y complementos de todo tipo, algunas de ellas todavía con las etiquetas. "Hay que darles a las prendas una segunda oportunidad. No tiene ningún sentido dejarlas escondidas en los cajones".

Por la antigua estación se pasaron varias personas con ropas para intercambiar, aunque dada la situación actual solo se permitía exponer a los solicitantes.