- Navarra Suma deberá resolver en los próximos días un dilema con respecto a los problemas circulatorios generados en la calle Amaya: o habilitar un carril bus específico para las villavesas o asumir el coste de los 702.000 de euros que la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona (MCP) ha previsto para hacer frente a los retrasos provocados en el transporte urbano.

Cinco autobuses adicionales habría que destinar para mantener el servicio y compensar la tardanza que acumulan las villavesas de las líneas 2, 3, 5, 6 y 11 al atravesar la calle Amaya desde que el Ayuntamiento la peatonalizó parcialmente. El cálculo es sencillo: suponiendo que solo afecte a los días laborables (242), se establece un coste de 36,262 euros a la hora, lo que supone al año 702.332 euros para las 5 villavesas que sería necesario incorporar, una por línea.

La intervención en la calle Amaya entró en funcionamiento el 3 de junio y el trazado inicial incluía un carril exclusivo para el transporte público -también para residentes- desde la intersección con la calle Arrieta hasta la avenida de la Baja Navarra. Nueve días después, sin embargo, el Ayuntamiento cambió de planes ante los problemas que se estaban generando y autorizó el tráfico de todos los vehículos por la calle, aunque manteniendo un único carril.

El principal perjudicado fue el transporte urbano comarcal y las 5 líneas del servicio diurno que circulan por ahí a diario, especialmente en las horas punta de la mañana y tarde. Los datos recogidos por la Mancomunidad son concluyentes e indican que se ha producido un incremento medio de los tiempos de circulación de 73 segundos, con retrasos que en determinadas franjas horarias llega a los 5,18 minutos.

En los horarios de menor tráfico apenas han cambiado los tiempos de viaje, pero en el resto, se observan incrementos de entre 2 y 5 minutos. El peor momento es el tramo entre las 14 y las 15 horas (aunque dentro de una hora punta que va desde las 13 y hasta las 16 horas).

Los datos aparecen en un informe que la Mancomunidad ha hecho llegar al Ayuntamiento, a quien se solicita que "adapte las actuales medidas implantadas en la calle Amaya para poder habilitar un carril bus de forma permanente".

Diversas fuentes de la MCP consultadas ayer por este periódico dan por hecho que el Ayuntamiento atenderá su planteamiento, aunque no se decantan por ninguna de las 2 opciones que están sobre la mesa: o volver al proyecto inicial, con un único carril solo para villavesas y taxis: o revertir parte de la peatonalización y dejar un carril para el transporte público y otro para el resto de vehículos. Para ello, habría que desmontar una de las zonas peatonales habilitadas junto a las aceras, donde se han colocado varios maceteros y bancos, cuyo uso está siendo escaso.

La Mancomunidad ha calculado que el impacto de un solo carril por la calle Amaya implica un tiempo de viaje de al menos 4 minutos y que habilitando un carril exclusivo para los autobuses se podrían ganar 3 minutos de media y reducir los costes que podría generar la incorporación de los citados 5 vehículos.

Los grupos de la oposición, que vienen solicitando información sobre el proyecto y su repercusión en el carril bici del Labrit que sigue paralizado, van a presentar mañana en la Comisión de Urbanismo una iniciativa conjunta para pedir a Navarra Suma que analice lo que está pasando en la calle Amaya y que lo haga con la perspectiva del corredor de Labrit y su extensión hacia el sur por las calles Amaya y Olite. "Este equipo de Gobierno ha decidido hacer las cosas al revés y el resultado no puede ser peor: no ha supuesto una mejora de los tránsito peatonales porque apenas se hace uso del espacio peatonalizado, no ha generado espacio nuevo para el ciclista y está suponiendo una auténtica tortura para el transporte urbano debido a lo continuos retrasos".