n un atípico Día de Navarra, ayer se inauguró la Feria de Navidad, que organizan los colectivos de artesanía San Nicolás y Gabonak, y que tendrá lugar en la plaza de Toros de Pamplona hasta el próximo 6 de enero. Para muchos de los participantes, esta feria será la primera y la última de este 2020 que ha castigado en exceso sus economías. "Es un alivio poder trabajar después de tantos meses parados", asegura Silvia Laurita, una de las organizadoras de la feria.

Iosune Iriarte, dueña de SacoTermia, lleva 12 años viniendo a la feria y está "ilusionadísima porque desde marzo no habíamos tenido nada". Elabora productos térmicos para inflamaciones, contracturas, migrañas o contusiones, que están confeccionados de forma artesanal con tejidos de algodón, lavanda y la semilla leguminosa yero. "Su dureza garantiza un calor o frío seco y duradero", explica. De esta manera, al no ser húmedo, incide, "no hace daño a los huesos". Entre todos sus productos, destaca el saco cervical, la faja lumbar y los antifaces para los dolores de cabeza. "Dependiendo de si necesitas frío o calor, lo metes al microondas o al congelador y listo". A pesar de que solo lleva una hora con el puesto abierto es optimista: "Se ve movimiento porque la gente por ahora no tiene muchos sitios a los que ir. Entonces vendrán estas fechas aquí seguro. O eso quiero creer", comenta entre risas.

David Espina tan solo ha acudido a tres ferias artesanales este año. "Es bastante duro porque prácticamente no tenemos trabajo", afirma el dueño de ComeSetas, una tienda de productos micológicos gallega que fundó hace dos años. "Pertenezco a unas cuantas asociaciones de micología y es una idea muy bonita que tenía en mente desde hace tiempo", relata. Ofrecen una amplia variedad de setas y hongos (deshidratadas y en polvo) que ellos cultivan y recogen: Boletus Edulis, Amanita Caesarea, Perretxiko, Rebozuelo, Trompeta de los muertos, Níscalo, Negrilla... "Están deshidratadas porque es la mejor manera de conservarlas. Llegas a casa, las abres y te saben como si las acabaras de coger en el monte", expone. Además, tienen quesos y cremas de quesos de oveja e incluso licores de boletus.

Entre los distintos puestos, hay a quien la realidad le ha sonreído un poco más. Ignacio Rodríguez, socio de Barquillos El Capotico de Olite, lleva 16 años viniendo a la feria, "cuando se hacía en Yanguas y Miranda y Antoniutti", y ha estado con sus dulces en nueve mercados artesanos: cinco antes del mes de marzo y cuatro después. "En el verano, acudí a Bilbao a una de productores navarros. Después, estuve en la feria medieval de Pamplona, en la de productores locales y artesanos de la plaza del Castillo en octubre y ahora la de Navidad", señala. "No me puedo quejar porque sé de otros compañeros que no han hecho ninguna", subraya. Sin embargo, el número de ferias ha descendido considerablemente respecto a años anteriores: "En 2019 hicimos 50. Voy a Burgos, Salamanca, Madrid, Valencia, Córdoba... Nos desplazamos con la furgoneta y la tenemos preparada para quedarnos a dormir", relata. El Capotico lleva "más de 30 años" elaborando barquillos, tortas de txantxigorri, "la rosquillita frita" y las magdalenas rellenas.

Antonio Peciña Álvarez, feriante de San Adrián, y su puesto de calcetines también son habituales en la plaza de Toros. En su caso, lleva 23 años. "No he visto un momento tan difícil como este", manifiesta. Por eso, confiesa que en esta edición se quedaría "contento" si se vende la mitad que el año pasado.

Miguel Ángel Jaruk también ha vivido "unos meses muy malos". Sin embargo, está esperanzado en su primera y última feria de este año: "Es una alegría volver a trabajar después de tanto tiempo. A ver cómo acaba este 2020. Soy optimista. Estamos solo en el primer día y ya se ve movimiento. Creo que la gente va a a responder", augura. Miguel se dedica a dibujar con láser sobre las carcasas de madera. "Primero dibujo sobre una plantilla. Tengo en cuenta las dimensiones del teléfono, dónde va la cámara, la huella dactilar. Después hago el pirograbado en las láminas de madera de balsa", explica.

Las asociaciones San Nicolás y Gabonak han confeccionado un protocolo para que se pueda acudir a la feria "con total seguridad".

El aforo es del 40%, en concreto, 176 personas. "Fuera siempre hay una persona contando la gente que entra y sale. Cuando se alcanza esa cifra no se deja entrar a nadie hasta que no salga nadie del recinto", expresan desde la organización. También hay unas puertas de entrada y salida específicas con geles hidroalcohólicos y unos circuitos en el interior señalizados con unas flechas pegadas en el suelo: "De esta manera la gente no se cruza y se intentan minimizar los contactos", inciden.

Además, las lonas de la carpa van a estar abiertas en la parte frontal, trasera e incluso superior para que haya una "total ventilación". "Este año, por el tema de los aerosoles, no vamos a encender la calefacción. Por lo tanto, un poco de frío pasaremos", comenta riéndose Silvia. A pesar de ello, cree que la gente seguirá viniendo: "No va a ser obviamente como todos los años porque no va a haber turismo, pero contamos con los de aquí".

Hasta el 6 de enero. La feria de Navidad estará en la Plaza de Toros hasta el 6 de enero. El horario será de 10.30 a 14.00 y de 16.30 a 21.00 horas. Los domingos y festivos se abrirá de 11.00 a 14.30 y de 16.30 a 21.00 horas. Este horario es para todos los días excepto el 24 y el 31 de diciembre que se cerrará a las 20.30 horas. Además, el día 25 se abrirá a las 12.00 horas y a la tarde a las 17.00 horas. Por último, el 1 de enero no se abrirá por la mañana. Habrá feria a la tarde desde las 17.00 horas.

"Este año solo hemos ido a nueve ferias. En 2019 no paramos y estuvimos en más de cincuenta"

Barquillos El Capotico

"Nuestra situación actual es bastante dura porque prácticamente no tenemos trabajo"

Productos micológicos ComeSetas

"Las lonas frontales y trasera están abiertas por ventilación. Un poco de frío pasaremos"

Organizadora de la feria de Navidad