- La presidenta Chivite anunciaba ayer la peor noticia que un pamplonés o pamplonesa de corazón podía recibir y es que, por segundo año consecutivo, no se celebrarán las fiestas de San Fermín. A la espera de que la suspensión sea confirmada oficialmente por el Ayuntamiento de Iruña son muchos los pamploneses y pamplonesas que van asumiendo que el próximo 6 de julio no escucharán el estruendo del Chupinazo desde la plaza Consistorial.

Con resignación pero a la vez con responsabilidad. Conscientes de que el ruido de las calles de esta vieja Iruña no podrá atrapar a todo aquel que se asome a su fiesta. Tras un 2020 tan atípico, donde las aclamadas fiestas de la ciudad fueron canceladas, muchos se quedaron con el lema de “los viviremos”. Sí, los viviremos, pero todavía no es el momento. Algunas de las personas consultadas destacaban que “hay que mantener una actitud responsable para de verdad vivirlos y sentirlos”. Hubo quienes se acercaron a la parroquia de San Lorenzo, que contaba con aforo limitado, para disfrutar de la misa dedicada a este segundo peldaño de esta escalerica.

“El sentir es una cosa que nadie puede cancelar”, apuntaba Javier Etxeberria, un pamplonés que se acercó a la celebración.

Ayer, 2 de febrero, la ciudad se subió su segundo escalón. Todavía quedan muchos escalones que subir, muchas metas por alcanzar. “Celebrar algo para no poder disfrutarlo es tontería”, señalaba Pilar C.C., una vecina de Pamplona que paseaba cerca de la parroquia de San Lorenzo. “Estamos muy de acuerdo con las medidas que se han tomado, ya se celebrarán y los disfrutaremos como se merecen, no así”, exclamaba Pilar.

Paseando por la plaza Consistorial se encontraba Irene de Dios junto a unos amigos. A ella la decisión de cancelar las fiestas le parece razonable. “Después de la situación que estamos viviendo creo que sería un poco ilógico no hacerlo, aunque sí que es verdad que duele igualmente”, aseguraba.

Junto a ella, Alejandro Pidal declaraba que esperaba la medida y que la ve normal por la situación que estamos viviendo hoy en día con la covid-19. “De todos modos sí que choca un poco. Da pena porque ya nos hemos perdido unos y esperábamos después de un año poder recuperarlos y volver a disfrutar. Pero habrá que esperar”, remarcaba.

Estíbaliz Urizar explicaba que ella, como persona que vive en Pamplona “de toda la vida” ha acudido todos los años a los Sanfermines. “Obviamente da mucha pena que no vaya a haber otro año, porque además los esperamos con muchas ganas, pero ya veía venir que no fuese a haber”, relataba.

A su lado, Juan Sánchez de Muniain manifestaba que a él personalmente le parece bien la restricción, porque “al final va a acudir mucha gente aquí a Pamplona y creo que es un poco precipitado celebrar los Sanfermines, no creo que se la mejor fecha sea ahora mismo, en 2021”.

Cerca suyo, en otro grupo de jóvenes pamplonesas de 18 y 20 años, estaba Lorena Sánchez, quien afirmó que “siendo tan jóvenes es una pérdida muy grande”. Sin embargo dice entender los motivos que han llevado al cierre.

A Laida Jiménez, su compañera, por un lado le fastidia, pero por el otro lado prefiere esperar. “Es mejor que salga todo bien, que hacerlo a medias, mal y que haya mogollón de contagios. Así evitamos que otra vez volvamos a empezar de cero”, indicó. Con esperanza afirmó que esperarán con ganas a las fiestas del próximo año y que “se remontará la situación”.

Lidia Gamboa está de acuerdo con ellas y cree que al final las demás fiestas de Navarra también se acabarán suspendiendo. “Es mejor esperar y que se acabe todo y celebrarlo bien, que arriesgarnos a volver otra vez a un bucle y no salir de esta”, subrayaba.

De la misma opinión era otro grupo de estudiantes de edades entre los 20 y 25 años, entre los que se encontraba S.Z.. A su juicio, “hay que hacer lo posible para que esta situación de la pandemia mejore” y daba la bienvenida a la restricción si se demuestra que es útil.

A su amiga, Paula Moro, no le sorprendió este anuncio y también ve con buenos ojos la cancelación. “Estamos tristes, porque al final en los Sanfermines te lo pasas genial, pero viendo la situación creo que la medida está bien. Aunque igual lo han anunciado muy pronto porque queda mucho todavía, es algo que se esperaba que hicieran”, señalaba.

Silvia Fernández opinaba que “obviamente a la población nos duele estar dos años sin estas fiestas, pero es lógico que con esta situación no se celebre, es lo más coherente”. Tomando algo en la misma zona del Casco Viejo se encontraba un grupo de chicas de 25 a 30 años. Naturales de Melilla, residen y trabajan actualmente en Pamplona.

Sara Miño, una de ellas, indicó que están apenadas por la decisión. “Estamos aquí trabajando y lo esperábamos con ilusión, porque era nuestra primera vez. Pero claro, ahora al decirnos que no, nos hemos quedado un poco chafadas”, subrayaban. Aunque creen que cancelarlo es lo conveniente, sí que esperan una alternativa a las fiestas, algo de menor tamaño. El mismo criterio mantiene Rocío Veredas, su amiga, quien cree que esto es lo correcto si va a evitar que se produzcan rebrotes de la covid-19, pero también desea que “en vez de una fiesta tan grandes se organice una fiesta un poco más pequeña, a nivel de la gente que está viviendo en Pamplona”.

En otra terraza del Casco Antiguo se encontraba una cuadrilla de jóvenes franceses, que en estos momentos permanecen estudiando en la capital navarra. Simón, natural de París, afirma que quería acudir a San Fermín por primera vez. “Me apetecía correr en los toros, y estoy triste por no poder participar”, confesó.

Jérémy Acero, su amigo, asentía. “Sabíamos que aquí se celebran las fiestas de San Fermín con los toros y queríamos aprovecharlo. Con el coronavirus nos dijeron que las fiestas se han cancelado y nos da mucha tristeza”. Relata que, al ser una fiesta conocida internacionalmente, querían acudir y poder vivir el espíritu de los Sanfermines, además de correr en el encierro. “Aunque el año que viene ya habremos terminado nuestros estudios en Pamplona, quiero volver, si la cosa mejora, para poder vivirlo”, remarcaba.

Tom Sánchez comentó que él comprende la tristeza de la gente de Pamplona, debido a que tiene familia en Alicante y allí también han cancelado las fiestas, lo cual también le dio mucha pena. “Si puedo, volveré a Pamplona para ver San Fermín”, advirtió. Emma, por su parte, opinaba que “es una pena que no se vayan a celebrar, porque es algo tradicional de aquí, de Navarra. “Además es una fiesta que hace que mucha gente en todo el mundo conozca Pamplona y atrae mucho turismo”, remarcó.