El Ayuntamiento de Pamplona dispone de un total de 14 radares fijos que están distribuidos por toda la ciudad.

En estos tres meses, hay uno que ha sobresalido sobre los demás: el ubicado en la avenida de San Jorge antes de llegar a la calle A del polígono industrial de Landaben. Está escondido detrás de un árbol la altura de la empresa Koxka Kobol.

La cabina solo ha estado en funcionamiento en marzo y ha interpuesto 3.553 denuncias, una media de 114 multas al día.

Por ahora, el radar aglutina el 33,7 % de las infracciones por exceso de velocidad que se han cometido en el primer trimestre de 2022.

Además, destaca que en solo 31 días haya puesto casi la mitad, el 49,7%, de todas las multas de 2021.

En segunda posición del ránking se sitúa el radar de la carretera de Sarriguren, situado en las antiguas casas de Beloso, que entre enero y febrero interpuso 2.190 denuncias, unas 37 infracciones de media al día.

Las 2.190 multas impuestas en estos dos meses suponen el 28% de todas las infracciones por exceso de velocidad que se cometieron en 2021.

Los datos de la carretera de Sarriguren arrojan una clara evidencia: los conductores aún no saben que los nuevos radares controlan la velocidad en ambos sentidos, aunque estén orientados en una dirección.

De ahí que el radar solo haya puesto 188 multas en los dos carriles que bajan a Sarriguren -donde está colocada la cabina- y 2.002 en la vía que entra en la ciudad. Las infracciones se multiplican por más de diez cuando el conductor cree que no le están vigilando.

Lo mismo ocurre con el radar ubicado en la Cuesta de Beloso, que entre febrero y marzó cazó a 1.879 conductores y ocupa la tercera posición en el ránking.

La cabina está situada en los dos carriles que descienden a Burlada y en ese sentido interpuso 387 multas. En el ascendente, las denuncias casi se cuadruplican y alcanzan las 1.492.