Por la principal arteria de Aoiz, corrió ayer la vida en un especial domingo de septiembre. Era el elegido por el colectivo Irati Bizirik para el estreno de su anunciado Zoko, que tiene por objetivo llevar el movimiento a las calles de la villa y propiciar el encuentro entre habitantes de la zona en un mercado tradicional. A primera horas extendieron sus puestos 34 mercaderes al aire libre bajo un cielo azul que prometía. Y el público no se hizo esperar. Desde la apertura comenzó a llegar a goteo, en familia, en cuadrilla, en pareja y en solitario para disfrutar de mucho más que un mercado al uso, con un ambiente cargado de ilusión y deseo de revivir sensaciones.

"Teníamos muchas ganas de volver a vender en la calle y el ambiente rural es incomparable, muy cercano. Además, había que participar en esta iniciativa", explicaba Selva Etxeberria Itsaso, en su puesto de venta de ropa alternativa, La Hormiga Maia, atractivo para la juventud. Asidua de estas experiencias, mostraba satisfecha su género contenta por volver a un pueblo pequeño, "de gente agradecida". A su lado, Merche Ichaso, su madre , valoraba la iniciativa como vecina.

"Da mucha vida ver esto lleno desde estas horas. Ha sido sorprendente ver a la gente llegar tan pronto". En la cercana plaza de la Baja Navarra, el puesto del artesano Jesús Goñi, de Pamplona, despertaba el interés de los más pequeños. "Es un placer hacer un taller participativo para ellos al aire libre. Estos talleres se interrumpieron con la pandemia y ahora se están retomando, " añadía con alegría mientras ayudaba a formar los modelos elegidos.

En las inmediaciones, la vecina Leire Ardanaz García apuntaba que la actividad y el día era "un lujo" y agradecía a la organización el esfuerzo por facilitar una jornada de contacto con la gente, "Después de todo lo que hemos vivido y lo que han pasado los artesanos, disfrutamos el doble de esta mañana creativa. Es perfecta para dinamizar nuestra zona rural y mostrar todos nuestros recursos y las ganas que tenemos de hacer cosas". encuentros Así fue ayer el Zoko, un escaparate de saber hacer y de ilusión, palabra que resumía el día para Saioa Sarasa Ayanz. "Es la oportunidad de sacar mi tienda a la calle y darme a conocer".

Como ella, 11 comerciantes locales se convirtieron ayer en mercaderes con su participación en el Zoko. "Esta iniciativa es una maravilla, economía local y circular para hacer fuerte nuestro entorno", apostillaba Alejandra Ruiz Santamaría, de Arizcuren desde su concurrido puesto de productos naturales. En torno al queso, bisutería, productos naturales, y plantas... se encontraba la vecindad de pueblos y valles vecinos. Ambiente de fiesta de antiguas ferias y mercado en tiempos de pandemia que la Irati Bizirik no paso por alto en la organización. Música, talleres, exhibiciones, como la de la tradicional costrada, compartieron la mañana de bares y terrazas rebosantes. Desde su puesto del Zoko, el colectivo Irati Bizirik junto a SAREAN, grupo de ayuda social y apoyo fundamental con el joven voluntariado, gozaban con la imagen concurrida de un día que hacía falta y esperan repetir.