Tudela - Con cambio de escenario pero con el mismo objetivo: sacar a la calle el comercio local y de cercanía y reivindicar su condición de elemento base en la vida de la ciudad. De esta forma llega la segunda edición de la Gran Feria del Comercio de Tudela, que este año se celebrará el próximo domingo 21 de octubre y contará con la presencia de 20 pequeños negocios de la capital ribera en sus respectivos puestos de exposición y venta.

Desde las 10 hasta las 20 horas, la céntrica calle Herrerías acogerá además otras actividades complementarias como talleres de maquillaje y belleza, dos actuaciones de baile a cargo de RiberSalsa y la Escuela Dance Style, respectivamente, o un desfile de moda promovido por varios de los establecimiento participantes en la feria.

Además, la jornada incluirá una degustación gratuita de arroz con verduras elaborado por Enrique Aparicio a partir de las 14 horas, y el ya tradicional sorteo de un cheque-regalo para canjearlo en compras en cualquier de los comercios participantes en el evento.

Este año, el valor de ese cheque será de 200 euros y se podrá utilizar desde el lunes 22 de octubre hasta el lunes 22 de noviembre, tal y como detalló ayer la presidenta de Tudela Ciudad Comercial (TUCC), Anabel García, una de las asociaciones de comerciantes que, junto al Ayuntamiento de Tudela, impulsan la celebración de la feria.

El cambio de escenario, tras el éxito del año pasado en el paseo del Queiles, se debe precisamente a que este espacio va a estar ocupado por una exposición de coches antiguos durante buena parte del domingo, una circunstancia que la concejala de Comercio del consistorio tudelano, Olga Risueño, considera una “oportunidad de crear sinergias entre actividades” e intercambiar el flujo de asistentes entre dos puntos de la ciudad que están prácticamente unidos espacialmente”.

El Ayuntamiento corre con el coste de la feria, que se eleva a alrededor de 10.000 euros. “Queremos enviar el mensaje de que la ciudadanía tiene el poder, más del que cree, para escoger dónde realiza sus compras y dónde consume y así revertir esa riqueza en la propia ciudad. Esa, junto a la cercanía, es una de las ventajas del comercio local”, señaló Risueño.

Por su parte, García expresó que, pese a que la situación del pequeño comercio en Tudela sigue siendo complicada, “no deja de haber gente que sigue abriendo puertas e intentándolo, lo cuál siempre es motivo de esperanza”.

Tanto ella como Beatriz Blanco, de la Zona Comercial Barrio de Lourdes (ZCBL), animaron a los comercios a apostar por el asociacionismo. “Te ofrece un plus de operatividad y de estar al día de todas las incoativas o ideas que surgen en torno a la actividad comercial de la ciudad”, expresó Blanco. - M. Arilla