En enero, las goteras en la cubierta del Ciudad de Tudela obligaron a suspender un partido de la LNFS. El problema se solucionó, de manera provisional, sellando las zonas conflictivas. Entonces, se dijo que más adelante se haría una actuación global. Sin embargo, llegó la hora de reformar el pabellón e incomprensiblemente una de las partidas se eliminó del proyecto por falta de presupuesto y fue la destinada a arreglar la cubierta, a sabiendas de que el problema podía reaparecer, como ha ocurrido. Ahora, tras gastarse un millón de euros, el Consistorio vuelve a parchear el problema con la promesa de dar con la solución definitiva. El cuento de nunca acabar.

J.P.L.