- Las obras de reparación del puente del Ebro en Tudela llevan aplazadas desde el año 2016 en que salió a licitación la redacción del proyecto que fue ya adjudicado y pagado en 2017. Según apuntaron desde Obras Públicas, los trabajos podrían llevarse a cabo en 2021.

En junio de 2016 el Gobierno de Navarra sacó a concurso la elaboración de un proyecto para la "reparación y refuerzo del puente de Tudela, sobre el río Ebro en Navarra" por cerca de 25.000 euros ya que según señalaban necesita "una restauración estructural y estética completa", para cuya redacción había un plazo de 3 meses.

En noviembre de 2015, después de una riada, ya se acometió la reparación de algunos tajamares que se habían visto muy afectados tras las inundaciones. Entonces se reconstruyeron los dos tajamares rellenando y reponien-do con piedra los socavones que se originaron por los golpes de los troncos que arrastraba el Ebro a su paso por la capital ribera.

En el texto del pliego se señalaba que el objetivo del proyecto se centra en "subsanar" una serie de "daños" que pueden "conllevar pérdidas de la seguridad estructural y la aptitud del puente para resistir las cargas del servicio". Estos desperfectos se apreciaron en el marco de una serie de revisiones que se hizo a los puentes situados en la red de carreteras de Navarra, tanto de las "cimentaciones de pilas y estribos como de los materiales que forman la estructura".

Dentro de la descripción de las obras que se deberán realizar, y que según Obras Públicas se acometerán en 2021, se detallaba la necesaria restauración "estructural y estética completa del puente", además de "la presencia de desconchados superficiales y pérdida de piezas de mampostería que presenta en pilas, tajamares y bóvedas, se han detectado socavaciones en varias pilas. También es necesaria una limpieza general de vegetación, pátinas, concreciones y eflorescencias, así como la reparación de desperfectos en partes de hormigón y armaduras corroídas. Dado el carácter integrado en la estética del puente de los sistemas de contención y pretiles de que está dotado el puente, no se contempla su sustitución".

Por otra parte se indicaba que con objeto de realizar y comprobar el relleno efectivo de los huecos existentes bajo las pilas y los estribos "se considera recomendable efectuar un sondeo de reconocimiento en las pilas y estribos en los que se hayan detectado huecos. Este sondeo deberá atravesar toda la pila, penetrando hasta alcanzar el material resistente, de manera cuidadosa para reducir y evitar el lavado de los materiales finos y obtener buena testificación de los materiales de relleno".

Dentro de los deberes de la empresa adjudicataria se encontraba también la realización de un diagnóstico de las posibles "patologías del puente", además de hacer sondeos en las pilas en los que se hayan detectado huecos. La elaboración de este proyecto debía además contemplar también las posibles afecciones al tráfico durante la reparación con itinerarios alternativos además de diversos estudios geotécnicos, hidrológicos (que incluyan lluvias máximas y crecidas de los ríos) y arqueológicos.

El Ayuntamiento de Tudela ya solicitó al Gobierno de Navarra que realizara un estudio "en profundidad" sobre los posibles daños que hubiera podido sufrir el puente del Ebro en Tudela por la riada de 2015 después de que 16 de sus 17 ojos se vieran cegados por el agua durante al menos dos días. De hecho durante esos dos días no sólo se cortó el acceso al tráfico rodado sino también a los peatones ya que, como explicó el entonces alcalde Luis Casado, "cuando se taponaron el puente vibraba por la fuerza y el empuje del agua". Además la grieta de un espigón, que ya se había fracturado en las inundaciones de 2013, aumentó de forma considerable. "Lo que sujeta al puente son los propios arcos. Las quillas son para dirigir el agua y que las cosas que trae el río pasen por los ojos del puente, en realidad son defensas, por lo que la grieta de la quilla no significa que tenga un problema serio el puente, pero no es óbice para también arreglarlo", explicaron entonces. El puente, que algunos fechan entre los siglos XII y XIII, tiene 360 metros de largo y 17 arcos. Aunque la tradición asigna al rey Sancho VII el Fuerte (siglo XII) como promotor de esta obra, no se sabe si es una reconstrucción de uno anterior musulmán, tal vez de la época de la fortificación de la medina de Amrùs ben Yusuf (siglo IX). A lo largo de su historia ha sufrido roturas de arcos por inundaciones, como en 1643 y 1701. En 2015 el Ebro marcó 5,85 de cota máxima y en Castejón 7,78.

Clave para Tudela. La capital ribera ha sufrido diversas inundaciones en los últimos años que han afectado de manera importante al puente, como se demostró con las reparaciones de 2015. Las últimas crecidas del río Ebro han sido las de abril de 2018 y febrero y marzo de 2015, aunque también hubo importantes en 2013, 2007 y 2003. A lo largo de su historia el puente ha sido fundamental para las comunicaciones dado que hasta el siglo XXI era uno de los escasos puentes sobre el Ebro en la zona y servía para conectar la ciudad con muchas de las localidades vecinas. Además era la principal conexión para viajar hacia Pamplona. De hecho, el puente tiene tanta trascendencia que aparece en el escudo de la ciudad. Aunque se desconoce su origen (que algunos historiadores fechan en la época musulmana, siglo VIII), todo parece indicar que data del siglo XII.

"La grieta que tiene la quilla no significa que tenga un problema serio, pero no es óbice para arreglarlo"

"Cuando se taponaron los ojos, el puente vibraba por el empuje del agua"

Alcalde de Tudela en 2015