Los feriantes que han tenido sus puntos de venta en el paseo del Queiles durante las fiestas de Santa Ana quisieron denunciar a DIARIO DE NOTICIAS las condiciones en las que se han visto obligados a trabajar. En concreto, expresaron su malestar por la falta de seguridad, de servicios y duchas a las que acceder, de electricidad y por una ubicación alejada del meollo de las fiestas, enfado que se acrecienta con la decisión del consistorio de aumentar al doble la tasa que pagan respecto al año anterior, pasando de 50 a 100 euros por metro de uso.

Este cabreo no es nuevo, viene desde hace tres años cuando los stands se cambiaron al paseo del Queiles, aunque algunos se mantuvieron en la calle Muro hasta este año. Uno de los feriantes, que han preferido mantenerse en el anonimato, aseveró que, “intentamos hablar con el Ayuntamiento antes de fiestas para comentar nuestras reivindicaciones, pero no pudimos hacerlo”.

DEFICIENCIAS

La seguridad es uno de los principales motivos de quejas de los trabajadores, que afirman haber sufrido varios robos durante estos días, además de que muchos se han encontrado con sus puestos llenos de meadas y suciedad. “Creemos que se podrían poner unas mallas para que la gente no pueda acceder a los puestos durante la noche, tenemos que dormir con miedo dentro de ellos”, explicó una de las feriantes. Otra de las deficiencias es la falta de electricidad, que no les permite, “ni encender un ventilador con este calor que hace”, reveló otra compañera., a lo que otro feriante añadió, “estaríamos dispuestos a pagarla entre todos”.

La falta de baños y duchas también es un problema importante, puesto que solo disponen de un servicio y para ducharse tienen que ir hasta las piscinas, situadas a unos 400 metros. Además, afirmaron que, “estuvieron cerradas los tres primeros días de fiestas, por lo que imagínate, tuvimos que buscarnos la vida”.

A la falta de medios se le añade una ubicación alejada del centro con la que, según expresó otro feriante, “no nos permite tener visibilidad, estamos escondidos”. Los feriantes creen que se podría intentar buscar un lugar más céntrico y donde el público pueda llegar más fácilmente a ellos. Además, denuncian también el hecho de estar en una zona de tierra que provoca que el género del que disponen se llene de polvo.

SOLUCIONES

A pesar de toda la situación vivida, los feriantes quieren tender la mano al ayuntamiento y aseguraron que, “nos encantaría el año que viene poder tener una reunión previa donde exponer nuestros problemas y buscar una solución conjunta”. Uno de ellos, que lleva viniendo desde el año 1998 desde Valencia, indicó que, “no queremos dejar a Tudela sin estos puestos, al final después de tantos años haces mucha relación, pero la situación debe cambiar”. Otros, sin embargo, revelaron que no les ha salido rentable lo ganado respecto a las malas condiciones que han tenido que soportar.