CERCA DE CUMPLIR EL AÑO. El rastro que dejó la riada sigue presente en Pueyo y sus alrededores. Casi un año después, las huertas emplazadas en la parte trasera de El Maño siguen cubiertas de la suciedad que llegó por la fuerza del agua. El lecho del río, en su paso por la zona, acumula hoy restos de troncos, ramas y piedras de gran tamaño, vestigios que, de producirse otra tormenta "podrían acumularse y hacer que el río salga de su cauce". Además, en el parking de El Maño siguen los restos de los árboles que la riada llevó hasta allí. "Está devorado desde la riada y todavía estamos esperando a que nos ayuden a quitar los troncos que hay ahí, aunque muchos hemos tenido que quitarlos por nuestra cuenta", apuntan los dueños.