Esta te la teníamos que contar “Banya”. No te lo pierdas. Te gustaría haberlos visto. Ya los conoces. Solo el Pepe y el Jaime podrían haberlo hecho. Igual no te acordarás, pero después de estar esa noche contigo en esa habitación de hospital, como pulpos en un garaje, nos fuimos cada uno a casa. Con nuestros recuerdos y nuestro dolor individual y colectivo. ¿Todos? Pues no. Tu primo y el otro, el de Esparza, casi la lían parda. Supongo que no estarías ya a esas horas para andar mirando en el chat de la cuadrilla. Pero la escena lo merece. Verás. En lugar de ir a dormir habían parado en Discosa para echar gasolina… Y algo más, a la vista de las fotos que mandaron. Una cerveza. Dos. Tres… Las latas acumuladas por el suelo entre recuerdos, risas y lágrimas. “Nos hemos sentado a hablar del Alvarito. Venir aquí que hace muy buena noche”, ponían en el mensaje…

A punto estuvimos el Txus, Alfredo y el Teto de volver a calzarnos y cruzar al otro lado del río Arga desde la Rotxa. Tú lo hubieras hecho. Estoy seguro. En caso de coger el móvil claro… Porque mira que te costaba a veces contestar desde tu mundo... No fuimos. Pero te lo juro que nos arrepentimos. Bien te merecías cincuenta cervezas y otros tantos brindis.

La cosa se quedó en una videollamada fallida y en ese hilo en el chat del grupo que durante estos jodidos meses, y ahora te lo contamos, nos ha servido para organizarnos como podíamos de manera que cumplíamos tu deseo de invitarte a comidas y quedadas que sonaban a casuales, en las que hacíamos de todo menos de “hablar de lo mío”, de lo tuyo, tal y como nos pediste. Pero tú sabías lo que tenías y lo que iba a pasar. Por eso nos repartiste uno a uno todas esas fotos y cosas que guardabas en los cajones de tu vida. Joder! Uf! Pero lástima de noche de verano la verdad. Fue tu último regalo indirecto.

En fin, vaya amigos que tienes, acabar en un botellón de gasolinera… Con la de bares que hemos cerrado eh! El Diez, el Mesón, el Guiñol, el Sua, el Imanol, el Toki, el Katu, el Lanbroa, La Jarana, el Pamplo… Sí. Ya dirás que no tenemos edad para estas cosas. Lo que no tienes edad eres tú para dejarnos. Medio siglo se pasa volando y sabe a poco. No hay derecho...

Pero creemos que te has podido ir tranquilo. Acompañado por tus hermanos/as, sobrinos, tíos… Por tu ama. Una gozada de familia la tuya. En Iruña y en Navascués. Y creo que también te hemos arropado los de tu otra familia. La familia de la calle. Tus amigos y amigas. Todos y todas. De lo Viejo, de la Txan, de la Rotxa, de la UPNA... y esta, tu Familia Serafín. De estos cinco elementos que estos días, al pie de tu cama o tu silla no podíamos contener ni las lágrimas ni las emociones.

Pero que sepas que has logrado reunirnos y juntarnos de nuevo a todos. No vamos a poder jugar al seis mus, pero este órdago que nos ha echado la vida nos ha servido para confirmar que no hay nada más importante que la amistad. Quererse y cuidarse. Incluso sin palabras. No somos mucho de hablar, aunque podemos discutir hasta las tantas. Eso sí que te gustaba. Difícil ganarte argumentando…

Y tú eras un gran amigo. Eres un gran amigo. Serás un gran amigo. De mucha gente además, por lo que estamos recibiendo estos días. Siempre dispuesto a ayudar cuando te pedían algo sin preguntar ni por qué ni para qué. Nunca nos has fallado a nadie en nada. Un amigo de verdad es alguien que se monta en el tren de la cuadrilla sin preguntar a dónde va. Y eso eras tú. Lástima no haber podido hacer aquel penúltimo viaje en el que todos tuvimos los billetes en la mano. Nunca lo habíamos hecho. Y ya no lo haremos… No sin ti. Porque mira que te gustaba viajar....

Esa esa otra lección que nos has dejado: no más viajes sin emprender, ni cervezas sin echar, ni comidas sin hacer. Hay que vivir siempre como si hoy fuera el último día. Ése es también tu legado.

Pero sobre todo, tu generosidad y tu bondad. Nadie ha hablado nunca mal de ti Alvarito. Banyabulengue. Aujero…. Tantos nombres para una misma gran persona. Uf! Tremendo el “agujero” que nos has dejado en la cuadrilla. Pero lo llenaremos con tus recuerdos y tus pedradas. Que te vaya bonito en este último viaje que has emprendido. Nos vemos en alguna parte. Juntos y revueltos.

Gero arte, laguna. Un abrazo de tus amigos de la LFS: el Teto, el Pepe, el Txus, el Pinki, el Jaime. Tú ya sabes. Ya dirás dónde quedamos.