El cuadro asmático se produce como una respuesta defensiva ante una agresión. Para ello se desencadena una reacción inflamatoria, llevando la sangre una serie de células, eosinófilos, y linfocitos, al tejido bronquial. Estas células y las de las paredes bronquiales, mastocitos, liberan unas sustancias: histamina, tromboxano, leucotrienos, bradiquinina, etc. que producen hinchazón (edema). Aumenta la secreción de moco y la descamación, disminuyendo el calibre de los bronquios y dificultando el paso del aire.

Causas y detonantes

Las causas del asma no son bien conocidas. Se conocen mejor los factores precipitantes, que pueden desencadenar una crisis.

Cuando no conocemos la causa decimos que es un asma intrínseca. Suelen ser de tipo familiar, de herencia. Asma extrínseca es el producido por causa conocida. El 40% de los asmáticos tienen origen alérgico. Los alérgenos más frecuentes son los ácaros, los pólenes, la piel de los animales domésticos y los hongos.

Los factores desencadenantes más frecuentes son: climáticos, (frío, humedad), humo de tabaco, el ejercicio intenso, las emociones fuertes, infecciones respiratorias, los medicamentos y los mismos que son origen de la enfermedad en los alérgicos.

Aparece con más frecuencia en la infancia, el doble en los niños que en las niñas. En la edad adulta la tasa de incidencia es más baja y vuelve a aumentar su frecuencia en los ancianos, en los que se presenta con mayor la gravedad.

Si se deja que siga su curso natural, es decir, no se pone un tratamiento adecuado, acaba por producir, en los casos más serios, una insuficiencia respiratoria. Las paredes de los bronquios se hinchan por dentro y luego se deshinchan. Pero con el paso de los años las paredes se hacen más gruesas, disminuyendo el calibre del bronquio y se vuelven rígidas, con lo que su dilatación se hace muy difícil.

Inhaladores y antiinflamatorios

En caso de producirse un acceso provocado por el esfuerzo, se puede combatir con el uso del mismo inhalador habitual (corticoide+beta2estimulante de larga duración) sin necesidad de echar mano a un beta estimulante de acción corta, como el Salbutamol, (Ventolín), o la Terbutalina (Terbasmín).

El tratamiento debe estar enfocado, no sólo a abrir los bronquios para respirar mejor, sino también, y fundamentalmente, a controlar la inflamación bronquial. Para ello se utilizan antiinflamatorios específicos, como el Montelukast o un corticoide inhalado en dosis bajas. Hay que evitar que con el paso del tiempo los bronquios se vayan remodelando (engrosando, perdiendo elasticidad y reduciendo su luz) y acabe por no ser reversible la estrechez bronquial.

No todos los casos de asma necesitan la misma pauta de tratamiento. En el asma leve intermitente basta con tratar los accesos asmáticos con broncodilatadores. En los demás casos, se utilizará una combinación, por inhalación, de un corticoide junto con un broncodilatador de larga duración, mañana y noche y de forma continuada.

Todos los broncodilatadores tienen efectos colaterales que pueden ser molestos. Unos por el corticoide: sequedad de boca, irritación de garganta, y otros por el beta adrenérgico: palpitaciones, temblores, nerviosismo, insomnio. No son efectos secundarios, son los propios de la medicación y el grado de afectación será proporcional a la sensibilidad de cada paciente asmático.

Éste debiera tener un método de control del estado de su función pulmonar. Para ello hay unos pequeños aparatos, los MiniPickFlumeter, que son medidores del pico de espiración forzada y que sirven para valorar la función pulmonar en ese momento. 

Ambiente limpio y ejercicio

La educación del paciente asmático es fundamental para que sepa qué es lo que le precipita el ataque, cómo debe usar los medicamentos, la importancia de los corticoides en el tratamiento y, además de un buen comportamiento, llevará una vida más normal.

Hay que cuidar el ambiente en el que se vive, evitando el humo de tabaco, los humos irritantes, los olores fuertes, quitar las alfombras, las almohadas y edredones de plumas, evitar algunos medicamentos como la aspirina, los antiinflamatorios y los beta bloqueantes, (se utilizan para controlar latensión arterial y la tensión ocular

El ejercicio físico es una buena medida para mejorar el funcionamiento de los pulmones. El asmático bien tratado no necesita tomar medicinas antes de hacer ejercicio, aunque debe llevar un inhalador por si le hiciera falta. Hará el ejercicio que esté de acuerdo con su capacidad física y el entrenamiento previ

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