Se aferran al mínimo resquicio. Ahora, el pacto de Presupuestos de 2019 entre el PSOE y Podemos y un encuentro entre Zapatero y Otegi en Elgoibar y UPN y PP aprovechan para recuperar los viejos tópicos del pasado, desde el comodín de la desaparecida ETA al discurso del miedo aquel de Navarra está en riesgo y de nuevo, como ya ocurriera a partir de 2007 con el mismo Zapatero, se lanzan al cuello del PSOE y de Sánchez. El PP acusa a Sánchez en Bruselas de vender España y Vox denuncia que el PSOE hace política contra España. Se vende Navarra y se vende España, la misma lluvia fina de siempre. Lo llevan en su adn ideológico: el poder en Madrid y en Navarra sólo puede estar en sus manos, en las manos de nosotros los de siempre. Lo demás es okupación ilegitima de Moncloa. O del Gobierno de Navarra. Las elecciones democráticas son una vía válida solo si les otorgan la victoria, si no se vuelve a los viejos discursos, amenazantes, impositivos, confrontadores y violentos en el lenguaje para azuzar el miedo. Nada nuevo. Si el PSN mantiene su actitud histórica de mirar hacia otro lado mientras sus compañeros de oposición política aquí -y de reparto de poder durante años- arremeten contra el PSOE, seguirá instalado en el error. Como si prefirieran no molestar a UPN y PP, ahora también a Ciudadanos o a Vox, ni a moverse ni siquiera cuando el PSOE actual explora y practica ya otras vías de consenso político. Es su decisión, por supuesto libre, pero si las consecuencias vuelven a ser negativas -tienen como espejo el creciente fiasco de la socialdemocracia alemana o del socialismo francés- su respuesta no podrá ser de nuevo echar la culpa de sus errores al lucero del alba. Cada uno es responsable de sus propias decisiones políticas. Y la credibilidad -hace unas semanas apostando por gobernar con Geroa Bai y ahora con Podemos e I-E, estos ya le han dicho que así no- no se gana sólo con dichos, necesita de hechos que la sustenten. Pero seguro que es mejor camino para el PSN el de las políticas de cambio y futuro que el anterior.