o tiene mucho recorrido esta columna. Más que nada porque supongo que el interés de las lectoras y lectores merece otros asuntos. Pero admito que no puedo evitar que un político navarro haga política en Madrid afirmando que los navarros y navarras somos gentes a la que se le puede resetear el cerebro en pleno siglo XXI. Entiendo que Sergio Sayas, un tipo que en política no ha hecho nada digno de pasar a ningún lugar después de años viviendo de la sopa boba que reparte la política, busque sus minutos de gloria. De hecho, me cuesta pensar a qué se puede dedicar alguien con este nivel cuando la política le mande por la puerta de salida. Su única apuesta política fue presentarse candidato a dirigir UPN y no le votaron ni los suyos. Es como si te presentas a presidente de tu edificio y tus vecinos votan echar a correr. Que sea diputado representando a Navarra es problema de UPN o de Navarra Suma, da igual. Pero ni Navarra ni los navarros y navarras tienen por qué aguantar sus faltadas a la comunidad. Que Sayas arremeta contra el acuerdo entre el POSE y EH Bildu para los Presupuestos del Estado es normal. Cuando el PNV logra inversiones en Madrid para Navarra también le llaman injerencia, aunque sean buenas y necesarias. El problema es que UPN lleva años sin lograr nada a pesar de que la mayor parte de esos años ha gobernado en el Estado el PP, su socio político. Da lo mismo infraestructuras que inversiones. Como en Navarra, lleva seis años sin influir en nada que no sea la agitación permanente. Casi mejor. Pero ya otra cosa es que muestre a la sociedad navarra como unos cientos de miles de tipos a los que se les puede resetear el cerebro por ver dibujos animados en ETB 3. Ni tan siquiera Sayas sabe de lo que habla. Los dibujos animados de ETB se han visto durante años sin que pasara nada. Y se siguen viendo ahora en buena parte de Navarra. En fin. Como cualquier otro canal, los de ETB los visualiza quien quiere y no los ve quien no quiere. Es así de simple. Sayas debiera haber protestado porque una cosa tan normal, simple y que ocurre en cualquier lugar del mundo sea objeto de un pacto político en el que se juegan nada menos que los Presupuestos de un Estado para salir de la crisis. Eso debiera ser innecesario. Es decir, debiera haber defendido como representante navarro en Madrid que ese canal que puede facilitar el impulso de una de las lenguas navarras, su aprendizaje y el entretenimiento de miles de niñas y niños navarros se pudiera visualizar sin ningún problema como se visualizan otros seguramente mucho menos adecuados en sus contenidos pedagógicos para esas edades. Por no hablar de toda la inmensa porquería a la que cada vez niños más jóvenes tienen acceso con menor control a través de todo tipo de aparatos tecnológicos sin que Sayas muestre preocupación alguna. Un discurso el de Sayas para satisfacción de la misma ultraderecha que critica a su partido en Navarra. Es su problema. Pero no es de recibo que cuestione gratuitamente por simple pose político a buena parte de la sociedad navarra. La cualificación media intelectual, académica y profesional de esta sociedad navarra está mucho más arriba que sus tristes declaraciones políticas. Dirán lo que quieran, pero si esto no es autoaislamiento en política se le parece todo. Quizá el cerebro a resetear sea el de Sayas.