rimero nos invadió el miedo. Enseguida, nos ahogó el trabajo. Muchas nos enfermamos y la mayoría no hemos tenido fuerzas ni tiempo siquiera para enfermarnos. Estábamos calladas, trabajando sin descanso en silencio. Estábamos cuidando de otras personas y estábamos tan cansadas que ni tiempo ni fuerza hemos tenido para levantar la voz. Después del trabajo en los centros de salud, trabajamos en casa, cuidando de nuestro hogar y de las personas que amamos. De sobra sabemos que el cansancio es una de las principales estrategias de control social, pero teníamos tanto trabajo que volvimos a guardar silencio.

El primero de mayo no fuimos a manifestarnos. Estábamos trabajando. A nosotras nos tocaba vacunar en jornadas de 7 y 12 horas diarias, a razón de 3 minutos por cada vacuna. Los tres minutos eran de la vacuna, no de las personas. Porque si hubieran importado las personas, nos habríamos presentado como enfermeras, les habríamos dicho nuestro nombre, hubiéramos evacuado sus miedos y les hubiéramos empoderado para salir a cuidarse. Era el tiempo de cuando las comunidades autónomas competían por ver cuál era la que más vacunas ponía. Un día me cambié 248 veces los guantes, repetí 248 veces las mismas cuatro preguntas y registré 248 vacunas en el sistema informático. La coordinadora pasó a la par mía y me dijo: "más rápido que se están haciendo filas". La cadena de la producción tiene su propio ritmo, sus formas y mecanismos. Como dóciles obreras, las enfermeras hicimos el trabajo que se nos exigía. Insistimos, no hicimos nuestro trabajo, sino el trabajo que se nos exigía. Ya sabes, estábamos cansadas, estábamos en silencio.

El 31 de octubre las enfermeras de rastreo, consejo y vacunación terminamos contrato. A muchas enfermeras, técnicas en cuidados auxiliares de enfermería y administrativas las despidieron. La cadena de producción bajaba el ritmo y sobraban obreras. Nosotras que estábamos cansadas, insistimos en mantener silencio. Ahora, sin embargo, con el aumento de casos sube el ritmo de producción y cada día tenemos que hacer más PCRs, más trabajo de rastreo y de consejo. Ya sabes, "más rápido que se están haciendo filas".

La consejera de Salud, Santos Induráin Orduna, nos visitó un día en el centro de vacunación de la UPNA con la ministra Carolina Darias. Ese día no había filas. Se hicieron muchas fotos y posaron mientras hacíamos nuestro trabajo. Sin embargo, no encontramos fuerzas para decirles nada. Estábamos tan casadas que se nos olvidó organizarnos y denunciar la violencia de los contratos temporales de Osasunbidea, la empresa de trabajo temporal más grande de Nafarroa.

Este año, quieren derrochar 52 millones en un tren de alta velocidad para llegar, media hora antes, a ninguna parte. Para las enfermeras, la sanidad pública y la justicia social, sin embargo, no hay dinero. Y como no hay dinero, ahora que la producción requiere mayor velocidad, Osasunbidea y el PSOE están cubriendo las plazas de las enfermeras, auxiliares y administrativas que despidieron el 31 de octubre, con militares. Aunque de eso no se informe, militares formados para la guerra, están cubriendo los puestos de nuestras compañeras formadas para la salud. Y hoy, si un hombre te llama desde rastreo, posiblemente sea un militar uniformado que se ha metido en tu historia clínica. Para contratar enfermeras no hay dinero. Se lo están gastando en reyes, militares, armas para la guerra y trenes de alta velocidad.

Nekatutak gauden arren, gaur, gurea da hitza: mesedez eta arren, alde hemendik. Eta noizbait, nonbait eta ez oso urrun, agian, erizainak ere zuekin batera altxatuko gara, bederen, hitza hartzeko.

Solicitamos a Osasunbidea contratos dignos, que incorporen a las compañeras y que, por favor, saquen los militares de los centros de salud.

Firman esta carta: Xabier Irigibel Uriz, Amaia Ruiz, Mª José Urra, Marta Barricart, Sara Landa Gaviria, Inma Garriz, Maria Gracia Gonzalez, Miren Gironés Sarriguren, Arkaitz Nikolas Barea, Mikel Larramendi, Maria del Carmen Hernández Martienez, Maria Polite Segura, Nuria Cia, Nelly Ribas, Iñaki Valdes, Susana Vallejo, Marta Orduna, Raquel Royo, Patricia Zurbano, Marta Zugasti y Amaia AnduezaEnfermeras en vacunación, rastreo y PCRs del Servicio de Urgencias Extrahospitalarias / Osasunbidea