Pese a que en la página de Internet de la LaLiga aparezca el Real Madrid como líder de la Primera División a falta de la disputa hoy de los dos partidos que cierran la jornada inaugural del campeonato, lo cierto es que a Osasuna le corresponde tal honor porque, a igualdad de puntos (3), goles marcados (2) y encajados (0) con el equipo de Ancelotti (y también con el Rayo Vallecano), prevalece el criterio ortográfico, del que los rojillos se benefician por dos motivos que llenan de orgullo a una parte importante de la hinchada: ser uno de los cuatro equipos del fútbol profesional que no se han convertido aún en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) –el Barça se está acercando peligrosamente con las palancas que está activando Laporta desde su regreso al sillón presidencial– y no haber tenido que incluir nunca en su denominación el término Real. Es por eso que el conjunto navarro es por ahora el primero de la tabla porque su nombre oficial es Club Atlético Osasuna. Y la C va delante de la R de Rayo (segundo) y Real Madrid (tercero).

Para quienes quieran darse el gustazo del que les está privando LaLiga, sólo es necesario darse una vuelta por las clasificaciones que publican la gran mayoría de periódicos, en las que Osasuna aparece liderando la Primera División. Sin embargo, más allá de este detalle –anecdótico, porque ni siquiera se ha completado la primera jornada de la competición–, los rojillos ofrecieron en Vigo un puñado de detalles que sirven para incrementar la ilusión que durante los últimos seis años está generando entre la afición el equipo de un Arrasate que inició su sexto curso consecutivo en el banquillo del conjunto navarro.

Para empezar, Osasuna exhibió ayer ambición y pegada, amén de una solidez defensiva que en algunos amistosos de pretemporada había quedado en entredicho –hasta su propio entrenador había reconocido públicamente este extremo–. Se comportó el equipo del técnico de Berriatua como un bloque solido y continuista al que dos de las cuatro incorporaciones –Catena y Mojica fueron titulares, mientras que Arnaiz salió un poco al final y Raúl García de Haro se quedó en Pamplona por lo reciente de su fichaje– se acoplaron como si llevaran toda la vida con sus nuevos compañeros. Un buen síntoma, aunque Osasuna no se debe descuidar. Ni en lo deportivo, ni en lo económico. Por eso es líder. Porque ganó (0-2), porque sigue siendo un club y porque no es Real. Y que siga así.