Arturo Espejo, guardia civil implicado en el caso Zabalza que, después de haberse jubilado como benemérito, fue contratado por el Gobierno de Ayuso y despedido el mismo día: Antes de entrar en las consideraciones más obvias, procede un primer apunte sobre el silencioso escándalo que permite que un gerifalte de las Fuerzas de Seguridad del Estado pase del retiro a un cargazo público de postín. La silla giratoria que también perdió el exministro Garzón se antoja una menudencia al lado de la que le ha volado a usted cuando la emperatriz de Sol se enteró de su turbio pasado. Si fue una pifia ofrecerle un puesto sin mirar los antecedentes (o sin conocerlos, con lo famoso que se ha hecho usted), hay que reconocer a la presidenta madrileña que estuvo viva al rectificar, lo que no hizo el Gobierno español con sus ascensos.