La reciente elección de Friedrich Merz como canciller de Alemania marca un punto de inflexión en la política alemana y europea. Con una trayectoria que combina experiencia en el sector financiero y una firme posición en la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Merz se enfrenta a desafíos tanto internos como externos que definirán su mandato. Su llegada al poder representa un giro hacia políticas más conservadoras, con un enfoque en el control migratorio, la seguridad y el fortalecimiento económico. Además, su postura en política exterior sugiere un alejamiento parcial de la influencia estadounidense en Europa, promoviendo una mayor autonomía estratégica. En un contexto global marcado por incertidumbre y cambios geopolíticos, su liderazgo será clave para definir el papel de Alemania en el siglo XXI y con ello de la Unión Europea. Pero para todo ello tendrá que recurrir como hizo su gran adversaria interna política Angela Merkel, a la fórmula de la gran coalición con los socialdemócratas del SPD, muy debilitados tras haber cosechado el peor resultado de su historia.

Autonomía ante EEUU

En el ámbito de la política exterior, Merz ha adoptado una postura que busca redefinir las relaciones transatlánticas. Ha abogado por una mayor independencia de Europa respecto a Estados Unidos, especialmente en el contexto de la OTAN. Este enfoque surge en respuesta a la reelección de Donald Trump y las consiguientes tensiones en las políticas hacia Rusia y la alianza atlántica. Merz ha sido claro al sugerir que Europa debe prepararse para un futuro en el que la OTAN, tal como la conocemos, podría no existir, considerando incluso la propuesta francesa de compartir su fuerza nuclear. Este cambio refleja una Alemania que busca una mayor autosuficiencia y una menor dependencia de aliados tradicionales.

Dureza migratoria

En el frente interno, la política migratoria será uno de los pilares centrales de su administración. Merz ha enfatizado la necesidad de limitar la migración irregular, considerando la política de fronteras abiertas de 2015 como un error. Ha propuesto medidas como el rechazo integral de solicitantes de asilo en la frontera y la deportación regular a países como Afganistán y Siria. Además, busca abolir la naturalización rápida y endurecer las condiciones para la ciudadanía alemana, incluyendo la posibilidad de desnaturalización en casos de delitos cometidos por personas con doble nacionalidad. Estas propuestas reflejan una postura firme destinada a controlar los flujos migratorios y abordar las preocupaciones de seguridad interna.

Mayor endeudamiento

La economía alemana también está en el centro de la agenda de Merz. Tras una recesión en 2024, con una caída del PIB del 0,2% en el último trimestre, el nuevo canciller ha subrayado la urgencia de decisiones rápidas para revitalizar la economía. Entre sus propuestas destaca la reforma constitucional para elevar el techo de endeudamiento, permitiendo así mayores inversiones en sectores clave. Además, Merz ha señalado la necesidad de incrementar el gasto en defensa, alineándose con su visión de una Europa más autónoma en términos de seguridad. Estas iniciativas buscan no solo fortalecer la economía nacional, sino también posicionar a Alemania como un líder proactivo en el escenario europeo e internacional.

En resumen, el liderazgo de Friedrich Merz promete una serie de transformaciones significativas en Alemania. Su enfoque en una política exterior más independiente, una estricta regulación migratoria y reformas económicas ambiciosas delinean una visión clara para el futuro del país. Sin embargo, la implementación de estas políticas requerirá una cuidadosa negociación y consenso, tanto a nivel nacional como europeo, para asegurar su éxito y aceptación.