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Manzanas traigo

Manzanas traigoAmaya Diaz-Emparanza/PSE

Estábamos casi felicitándonos cuando se supo que la reunión del lehendakari con los representantes de todos los partidos en el Parlamento Vasco –excepto el innombrable- había transcurrido en un ambiente sosegado y casi de consenso. Podría decirse que hubo un frente común para dar respuesta desde las instituciones al peligro que para nuestra economía y equilibrio social pudiera derivase de las ocurrencias disparatadas de Donald Trump. A diferencia del enconado desencuentro que impide el más mínimo consenso entre Gobierno y oposición en Madrid, era comentario general el esfuerzo común acordado por los participantes en la reunión.

Luego, a la salida, ocurrió el episodio que, para mal, suele ser frecuente cuando un político se encuentra casi de sopetón con una nube de periodistas y un mareo de cámaras y micrófonos, una espléndida oportunidad para lucirse, para protagonizar el momento, aun a riesgo de quedar de bocachanclas. Eneko Andueza quiso protagonizar el momento y cuando los periodistas quisieron conocer sui opinión sobre lo vivido en la reunión y el consenso para afrontar todos juntos la incertidumbre del arancelazo trumpista, el líder de los socialistas vascos echó la vista atrás y se sacó de la manga un manga un supuesto agravio que nada tenía que ver con lo tratado en la reunión.

Resulta que a Andueza le escoció el titular que un medio local había encabezado la extensa entrevista al lehendakari, y manifestó su discrepancia con el supuesto posicionamiento de Pradales sobre el trazado del TAV . Algunos periodistas olieron carnaza y le pusieron alas a la discrepancia entre Andueza y Pradales, entre PSE y PNV, socios del Gobierno Vasco. Tuvo así Andueza su minuto de gloria y esa discrepancia ocupó portadas y tertulias.

No voy a entrar aquí en interpretar las palabras del lehendakari, ni a puntualizar que se limitó a a recordar el acuerdo del Gobierno Vasco en 2018 sobre el trazado por Ezkio Itxaso y, por supuesto, a la espera del trabajo final que se espera del Ministerio, que no creo diera pie a una especie de público enfrentamiento de posturas entre socios. Me parece más merecedor de comentario esa desaforada propensión que tienen algunos políticos a destacar en los medios en cuento se les presenta la ocasión, esa necesidad de protagonizar, de acaparar la atención y a vocear la discrepancia. Al parecer, es una ineludible manera de proceder establecida en Madrid, que siempre cuenta con la disposición solícita de algunos informadores con intención.

Nadie había preguntado a Eneko Andueza otra cosa que sus impresiones sobre la reunión con el lehendakari, pero él estaba allí para hablar de su libro y, claro, no podía desaprovechar la ocasión. Discrepar, venga bien o venga mal. Es lo que se lleva ahora… en Madrid.