Nunca he visto un programa tan zafio, tan bodrio y tan pura bazofia. Gritos entre los mismos colaboradores, insultos, vocerío y hablar todos a la vez. Sería eso lo de menos si además no fuese un paraninfo de sexo, amigos de gays y lesbianas, exaltadores de que cada uno puede hacer con su cuerpo lo que quiera, y no en vano hay dos gays entre sus colaboradores y propagan la transexualidad y los matrimonios de parejas del mismo sexo. Vamos, todo un parnasillo de orgullo gay al que apoyan, bendicen y catapultan. ¡Y todo ahora que incluso el Parlamento francés ha decidido ilegalizarlos! Aparte de los Kikos y otras señoras (?) de cuyo nombre no quiero acordarme, hasta el propio presentador, Jorge Javier, me da repeluco. Solo sabe hacer y decir tonterías y hacer el ridículo. ¡Qué asco de programa! De tan baja estofa y tan baja ralea. Y si todo ello no fuera poco, las noticias son reiterativas y acaban por cansar. Ortega Cano y los Mohedano, la Pantoja y su hijo en Supervivientes, el caso Carlos y la Campanario...
Señora Teresa Campos, defensora de la audiencia, ¿no puede renunciar al sueldo que le pagan y desconectarse así de ese programa? Vaya por delante que tampoco trago su programa. ¡Qué tiempo tan feliz!