Navarros y navarras: no me diréis que estáis sorprendidos por todo este circo patético de las últimas semanas, ¿verdad? ¿Acaso dudabais de que Roberto Jiménez, ese líder nato de los socialistas de Navarra, se iba a bajar una vez más los pantalones ante las decisiones de Madrid? Yo al menos no tenía ninguna. No me esperaba menos de ese político mediocre, que se vende al mejor postor y que no transmite confianza ni credibilidad alguna.
Por otra parte, la señora presidenta, tiesa, prepotente, hasta con actitud chulesca en determinados momentos se ha llenado la boca con palabrería del estilo a Estado de Derecho, ETA, descrédito, ETA, estabilidad de España, ETA, cordura, ETA, democracia, ETA? que en la teoría la domina a la perfección, pero que luego en la práctica es la primera que la incumple demostrando una actitud del todo antidemocrática exigiendo no dialogar con un determinado grupo parlamentario, insistir hasta la podredumbre en la total legalidad y legitimidad de su gestión al frente de su Gobierno de Navarra, cuando la realidad social es del todo distinta a la que alardea con dinero robado a manos llenas, listas del paro rebosantes, informes policiales falsos, palos a todos los sectores públicos, control y la criminalización de cualquier protesta pública por citar varias.
Navarra a día de hoy es una auténtica baratija, un cayuco a la deriva sin remo que calme el oleaje ni capitán capaz de llevar esa cáscara de nuez a puerto, ya no digo a buen puerto, solamente tierra firme.
Por supuesto, ni UPN ni PSN acostumbrados, al menos en los últimos años, a engañar y reírse a la cara de la ciudadanía, ni el resto de siglas políticas del Parlamento son capaces de demostrar honradez y trabajo real para y por los ciudadanos y ciudadanas.
El pueblo no nos merecemos a esta banda de amigos que únicamente buscan sus intereses. Plantémonos en sus narices y digámosles bien alto y claro que no les queremos, a ninguno. Escuchad bien: ¡no os necesitamos!
Si de este monumental escándalo no somos capaces de poner a cada uno en su sitio y empezar de cero con savia fresca, habrá que pensar que hay mejores alternativas fuera de esta comunidad caótica e hipócrita.