Ahora que estamos en vísperas de que la ciudadanía vuelva a ejercer el derecho de elegir a quienes van a dirigir nuestras instituciones más cercanas los próximos 4 años, es un buen momento para realizar un balance de la legislatura recientemente concluida y gestionada por el denominado gobierno del cambio. Desde EHNE, consideramos que ese citado cambio se tiene que profundizar más en lo que se refiere al sector primario, impulsado por el futuro ejecutivo que se forme.

Resulta imprescindible definir cuál es el modelo agrícola-ganadero que se desea para Navarra y diseñar las políticas agrícolas poniendo el objetivo en dicha meta a medio-largo plazo. Nuestro sindicato, como defensor convencido del concepto de soberanía alimentaria, entiende que este sector estratégico debe estar en manos de los pequeños productores, pues son las empresas familiares las que practican una agricultura y ganadería sostenibles, tanto desde el punto de vista medioambiental como económico, además de ofrecer alimentos de calidad a la población.

EHNE aplaudiría la aplicación de una política agraria que tenga como principal objetivo a nivel de Navarra, llegar a una cifra mínima de 8.000 agricultores y ganaderas (ni siquiera supone el 3% de la población activa) que se dediquen al 100% al sector primario y que su trabajo diario les reporte un rendimiento económico que les permita vivir de una manera digna. Solo así se puede garantizar que exista un relevo generacional que asegure la pervivencia de una labor tradicional indispensable para el mantenimiento de los núcleos rurales y la conservación de los ecosistemas, algo que no va a garantizar la producción industrializada de alimentos.

Ello debería traer consigo el incremento de partidas económicas que reforzasen tal línea de trabajo, una decisión que, somos conscientes desde nuestra organización agrícola-ganadera, se ha visto seriamente mutilada por las obligaciones presupuestarias derivadas de la construcción del Canal, una infraestructura que ha marcado la política agrícola navarra de los últimos años y que sigue lastrando al sector al adoptar medidas efectivas que lo impulsen.

EHNE entiende que hay otros instrumentos desde los cuales se puede trabajar en pro del objetivo de favorecer ese modelo de pequeños productores y consolidar el sector, impulsando, vía Plan de Desarrollo Rural (PDR), algunas actuaciones que ya se han llevado a cabo y que consideramos positivas, léase la instalación de jóvenes, los planes de inversión separados de los de regadío o las ayudas agroambientales y a la producción ecológica... También valoramos como un paso adelante que se haya mejorado a nivel comunicativo y de interacción entre los profesionales del sector y los del departamento de Desarrollo Rural, a través de la activación del consejo agrario, cuyas reuniones han contribuido a dar divulgación y transparencia a todas aquellas actuaciones que se estaban llevando a cabo por parte de las instituciones.

Coincidimos con la postura que ha sostenido el Gobierno de Navarra estos últimos cuatro años en los encuentros con el Ministerio estatal en lo referente a la PAC, defendiendo una línea diferente que contemple la desaparición de los derechos históricos y poniendo topes a las ayudas directas. Es necesario que estas últimas vayan dirigidas a los agricultores y ganaderos que se dedican exclusivamente a ello si queremos llevar a la práctica las políticas que impulsen el mencionado modelo de pequeños productores. Una PAC que debe incidir en las medidas de regularización de los mercados, que permita, vía precio, unas rentas dignas a las agricultoras y ganaderas, sin necesidad de depender tanto de las ayudas.

Aplaudimos que el departamento, pese a los compromisos multimillonarios derivados del ya mencionado Canal, haya ido incrementando las partidas presupuestarias año tras año, tratando de atender las sucesivas demandas del sector. También vemos como un paso muy positivo la aprobación del Decreto foral de Explotaciones Ganaderas, poniendo topes a las mismas, si bien aquí debemos matizar que nuestros números hubieran sido más restrictivos. Además, en defensa del modelo que propugnamos, se debe pensar en poner límites al tamaño de las explotaciones agrícolas para facilitar el acceso a la tierra e incorporar gente al sector.

Pese a todo este conjunto de avances, también debemos mencionar que ha habido grises durante esta legislatura. Hemos detectado falta de implicación por parte de la maquinaria administrativa del departamento al tramitar expedientes y no podemos dejar de criticarlo, continuos retrasos en el cobro de las ayudas del PDR o en la resolución de los recursos, y una lectura muy restrictiva de las normas y requisitos cuando tocaba resolver expedientes de jóvenes que realmente sí se están instalando en el sector.

En breve, dispondremos de un nuevo Ejecutivo foral que surgirá del resultado de los comicios a celebrar este domingo. Desde EHNE estamos dispuestos a colaborar con nuestro trabajo en pro de aquellas actuaciones políticas que fomenten el estímulo para la generación de nuevos pequeños productores y la estabilización de los actuales. Si las medidas van en sentido opuesto, nos encontrarán enfrente.

El autor es presidente de EHNE-Nafarroa