Unos madrileños estaban maravillados escuchando y grabando, el día 13, los cantos en euskera que un numeroso coro, cientos de personas, cantábamos por las calles de Pamplona. Éramos los grupos de Orreaga, Iruña Kantuz y muchos más. Estaban extrañados los madrileños que algo tan maravilloso no apareciese en el programa de fiestas que ellos consultaban. No podían creer que fuésemos un grupo a los que simplemente nos gustaba cantar lo nuestro. Me preguntaron mucho sobre Navarra. No sabían que aquí se hablaba euskera. Por qué nuestro equipo tenía el nombre de Osasuna. Tomamos un pintxo y les dije que era el amaiketako. Leyeron que tras las inundaciones de Tafalla se trabajaba en auzolan. Habían visto el deporte rural en la plaza de los Fueros y les sonaba de otros tiempos el nombre de Perurena. Sentían que no habían podido acudir a un partido de pelota por falta de entradas. Hasta salió el lauburu, nuestros mitos, el Olentzero? y muchas cosas más.

Nunca hubiera pensado que lo nuestro pudiese interesarles tanto a unos madrileños. Hasta nos intercambiamos los teléfonos como amigos. ¿O es que en Sanfermines todos somos amigos? ¿También de los madrileños?