Estoy enfadada. Más que enfadada, me siento ya cansada. Agotada. 16 años y con una venda en la boca y las manos atadas. Sin voluntad. Sin alma. Es realmente deprimente.Siento que nos controlan como personajes de un videojuego, con aplicaciones y medios para construir una mejor sociedad, con mejores personas, con nosotros...Todo esto me hace pensar sobre el crédito social chino. Allí, si eres un mal ciudadano o no actúas de manera correcta a los ojos de esa sociedad, no tienes derecho a necesidades básicas como una educación o sanidad buenas. Te quitan tus derechos. Pero, en esencia, esto no consiste en que las personas hagan buenos actos desinteresadamente, es que lo hagan por miedo a las consecuencias. Quieren controlar el poder en base a aterrorizar a la gente.Si incumples las reglas te degradan, discriminan y exponen al resto del mundo, como una plaga a exterminar. Si quieres ser normal tienes que ser un buen ciudadano, ser ejemplar. No quieren personas que piensen por sí mismos, quieren robots sumisos que agachen la cabeza y hagan todo lo que les manden. Quieren seres sin alma que sepan cumplir órdenes. Y ya está.Esta distopía, propia de las películas de ciencia ficción, está ocurriendo en China, parece una situación demasiado lejana, ¿no?, ¿pero cuánto tiempo falta para que llegue hasta Europa? En otro envoltorio, pero el mismo contenido. O quizá ya está aquí, en forma de cámaras de reconocimiento facial o de seguridad. La cuenta atrás ya está en marcha.¿Cuánto crees que falta para la nueva era de control? ¿Seremos sumisos sin esperanza o rebeldes sin causa? ¿Cuándo nos quitaremos las cadenas que nos atan y lucharemos por nuestras propias creencias? ¿Lo haremos ahora o esperaremos a que sea demasiado tarde?