El Congreso de los Diputados, por ser la cámara que representa la voluntad de todos los españoles, debería ser ejemplo de buenos modales, respeto, buena oratoria..., pero entristece oír los gritos, los insultos, las mentiras, muchas mentiras de algunas señorías, y ver la falta de respeto con que se trata al presidente electo y a la presidenta de la cámara.Por desgracia, algunos medios de comunicación, escudándose en la libertad de prensa y en cuanto peor mejor, hacen piña con esos políticos. Algunos periodistas, sin haber hablado previamente con el presidente, son capaces de adivinar sus deseos y sus pensamientos cuando dicen: El presidente cree que... , o, El presidente piensa que..., añadiendo al final adjetivos calificativos peyorativos en grado superlativo.Como resultado tenemos una sociedad crispada, estresada y muy polarizada. Así, en las últimas elecciones han aparecido las primeras amenazas de muerte a dirigentes políticos. Esperemos que nadie dé el siguiente paso.Si los políticos ven que no pasamos factura por ese pésimo comportamiento en la cámara, por esa corrupción que está a la vista, por las muchas mentiras que nos dicen, entonces iremos de mal en peor.Moralmente estamos obligados de preocuparnos por estar bien informados y, cuando llegue el momento de votar, no perdonar. Los políticos aprenden rápido y cambiarán. Hasta ahora, éstos ven que no pasa nada por ser corrupto, decir mentiras, ser broncas y mal educado y así nos va. Tenemos un Congreso de Diputados que da vergüenza.Ciudadanos de Noruega, Suecia, Alemania, Francia... no perdonan a ese tipo de políticos. Por ello tienen señorías bien formadas, cultas, buenos oradores y son capaces de llegar a acuerdos. Aquí hay mucho que cambiar.