Dentro de su estrategia de demonización constante, no pierden ocasión el Partido Popular y sus formaciones afines de exigirle a la izquierda abertzale que condene los crímenes del terrorismo, pida perdón a las víctimas y colabore con la justicia. Coincido plenamente en que esto sería muy deseable, y, como demócrata, lo celebraría enormemente. Lo que me sorprende es que sostenga este discurso (y sin sonrojarse) el líder de un partido que nunca ha reconocido siquiera los múltiples casos de corrupción por los que ha sido investigado (y condenado ya en dos ocasiones), que jamás ha pedido perdón por ello, y que, lejos de colaborar con la justicia en el esclarecimiento de las diferentes causas en que se halla inmerso, se ha dedicado a poner trabas, a mentir descaradamente (tal como señalaba el juez ante el que prestaron declaración el señor Rajoy y otros muchos miembros de la excúpula popular) e incluso a utilizar a parte de los Cuerpos de Seguridad del Estado (a través del por entonces ministro del interior, señor Fernández Díaz) y a un personaje tan oscuro como el señor Villarejo para tratar de destruir -nada menos- las posibles pruebas de cargo que existiesen contra el partido... Condenar los crímenes, pedir perdón por ellos y colaborar con la justicia... Consejos vendo que para mí no tengo.