El pasado 22 de marzo por la mañana acudí acompañando a mi hermana al centro de salud de Rochapea para que valorasen un dolor que tenía desde hace varios días en un costado y que le impedía trabajar. Primera parada: Control. Maribel al mando (y seguramente con un mal día). Nos pregunta el motivo de la consulta y le explicamos lo que ocurre. Ella, obviando nuestra información, se mantiene firme en la importancia de seguir el protocolo covid, teniendo que esperar dos horas sin que nadie evalúe el dolor.

Respondemos pidiendo atención y es cuando Maribel, dejando atrás la profesionalidad y dando paso a la Maribel más "personal", nos confronta con una total falta de respeto diciendo "a ver si hemos ido en busca de bronca". Se genera una situación de tensión y conflicto totalmente innecesario sumado, como sabéis, a la desatención: al verdadero motivo de la consulta, el dolor de mi hermana. Desprotección, desatención, rabia y frustración ante una situación fácilmente resoluble si hubiese sido atendida por alguien profesional. Me despido agradeciendo el trato recibido por la enfermera encargada de los test de antígenos por entender y, sobre todo, agilizar el proceso, y a la médica de guardia.