El sábado 6 de agosto se me va a quedar grabado a fuego por lo que me queda de vida (junto con la bomba en Hiroshima). Haré un resumen: a las 19.00 h. mi hija decide ir sola a la playa de la Zurriola para darse un pequeño baño. Poco antes de las 22.00 h. me llama su compañero preocupado: ha encontrado la toalla, su ropa y las chancletas junto a la orilla (ya llevaba más de una hora buscándola por la playa). La cosa pintaba muy mal. Se avisa a emergencias y se activa un dispositivo de búsqueda que incluye a la Ertzaintza, bomberos, Cruz Roja, protección civil, SOS Deiak, Policía Municipal, servicio marítimo de la Guardia Civil, incluso un helicóptero Helimer de Salvamento Marítimo que venía desde Santander.

Pasan las horas y nos vamos preparando para lo peor. Pero sobre las 00.30 h. de la madrugada recibimos la insólita noticia de que el helicóptero Helimer la ha encontrado en el agua con vida camino del Mompás. La rescatan, y como no les queda mucho combustible deciden llevársela al hospital universitario Marqués de Valdecilla en Santander, donde el helicóptero tiene su base. Total: voy a Santander, le dan el alta y la traigo de vuelta a casa. Ella me cuenta que entró al agua por la zona central y acabó mar adentro acercándose peligrosamente a las rocas de Sagües. Como había oleaje, lo mejor era apartarse de las rocas (un mal golpe y ), por lo tanto mantuvo la calma simplemente flotando. Como la orilla estaba muy lejos, decidió ir más mar adentro a pedir socorro a un pequeño barco que estaba cerca. No sé si la vio o no, el caso es que el barco se fue. Entonces decidió esperar, no ponerse nerviosa, no nadar a crowl ni cosas parecidas, sino de espaldas, y haciendo la plancha. Así estuvo cinco horas y media. ¿Milagroso?

No es David Meca, pero contaba a su favor que era agosto, el agua estaba a 24º, y desde pequeña sabía que al mar no había que tenerle miedo pero sí respeto. No sé si creer en el karma, hace días yo avisé a la policía municipal en la misma playa que había una toalla, zapatos y mochila sonando un móvil y llevaba 4 horas sin aparecer nadie ¡Y no la habían robado! De verdad, muchas gracias a todos los que os habéis preocupado y colaborado en resolver esta situación tan dramática pero con final feliz. Donosti y Santander han colaborado a la perfección. Y por poner una pequeña mancha ¿Llevamos a Ucrania todo tipo de armas, desplegamos aviones, etcétera y sólo tenemos un helicóptero de salvamento marítimo para toda la costa cantábrica? Aunque igual me responden: mejor uno que ninguno.

Lo dicho: ¡Gracias por salvar a mi hija!