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El cuento del perdón de la deuda

El cuento del perdón de la deudaPablo Garrigós

Sin duda que Puigdemont se está cobrando las humillaciones recibidas de la España del Lazarillo porque juega con el Estado que le tiene arrinconado en el epicentro de Europa y no pierde oportunidad para denunciar a quien le tiene puesto el bozal para impedirle la difusión de su plan independentista. La última es obligar a España a condonar la deuda de la Generalitat con el Estado. Las deudas de las autonomías es humo y la forma de materializar el centralismo. Aunque es un juego de suma cero para España, la realidad es que favorece a las más endeudadas porque incentiva el despilfarro sabiendo que detrás siempre tiene el paternalismo del Estado con mentalidad celtibérica, agravada con la insolidaridad de la derecha, pues el sistema está ideado para fortalecer al centro y humillar a la periferia.

La jugada de Sánchez es de libro, pues es echar el anzuelo a las cloacas de las autonomías, mayoritarias del PP, que aceptarán la condonación a pesar de que para Génova 13 sea una trampa saducea, pues equivaldría a comer el pienso de las manos del PSOE. Sería un alivio, pues liberaría capacidad de endeudamiento, sólo que la norma legal lo impide, pues el destino de esos fondos es exclusivamente reducir el endeudamiento y no facilitarlo. La estrategia del nacionalismo catalán está encaminada a dar imagen de nación saneada en su objetivo independentista.

La CAPV y CAN serían perjudicadas debido a sus regímenes fiscales especiales, pues además de su prestigio como buenos gestores, no tienen deudas con el estado. Pero es evidente que se trata de una operación política que los vascos negociarán con el Estado alguna ventaja equivalente a la condonación de deudas de las del régimen común. El PSOE es consciente de que catalanes y vascos son imprescindibles, pues apoyan a Sánchez para mantenerse en la Moncloa.