omo no podía ser de otra manera, la oposición al Gobierno de Navarra, así como cualquiera, está en su perfecto derecho de criticar la actuación del mismo en todo el proceso de la pandemia, incluso cayendo en argumentos fáciles pero con mil variables como la incidencia, los hospitalizados, etc, como si la sola acción de un gobierno en uno u otro sentido llevase sí o sí a un resultado. Navarra Suma, bastante callada en la primera ola, lleva ya tiempo dando cera en esta segunda, con premisas del tipo Vamos detrás de la pandemia; Se hacen muchos test porque hay muchos casos; Se deberían hacer muchos más test y deberíamos tener más rastreadores; o Ha habido meses para preparar y concienciar y no se ha hecho. Bien, lejos estoy de criticar a un partido político por criticar una acción de gobierno y más si veo las cifras. En épocas precedentes, cuando gobernaba UPN, la oposición también daba cera en tiempos duros y estaba en su perfecto derecho. Ahora es lo mismo, nada se puede decir. Eso sí, se puede ir argumento por argumento a tratar de rebatir o cuando menos explicar no ya a los rivales políticos sino a nosotros los ciudadanos por qué se han hecho una cosas y no otras, qué se ha reforzado antes, qué se hubiese podido hacer mejor y no se hizo, qué tipo de causas se ven detrás de estas cifras y, en resumen, qué se ha hecho mal y, en adelante y con la ola ya encima, qué podemos hacer para mojarnos lo menos posible. Se queja también Navarra Suma de que en 7 meses no se les ha citado para compartir nada y no sé si es así o no. Si es así, me parece un error. Puede que acerques la mano y te la muerdan, pero en casos de este calibre pienso que la obligación de un gobierno es abrirse a todos, incluso al rival político. Y si hay argumentos claros y evidentes para no hacerlo, salir a la opinión pública y explicarlo. No hacerlo es precisamente hacer lo que hizo UPN toda la vida.