n Cataluña han dado la orden de cerrar bares y restaurantes durante dos semanas y París y otras ocho grandes ciudades tendrán que cumplir toque de queda entre las 21.00 y las 6.00 de la mañana, al menos durante cuatro semanas. En la ciudad del amor se ha llegado a 413,2 casos por 100.000 habitantes por lo que temen que en solo dos semanas, las unidades de cuidados intensivos puedan comenzar a saturarse. Por ello Macron lo ha dicho claro: “No iremos más a restaurantes a partir de las 21.00, ni a ver a amigos o a celebrar fiestas”. Ayer se reunieron Chivite y Enrique Maya y hablaron de tomar medidas más restrictivas si las cosas no mejoran los próximos días. La verdad es que visto que los contagios vienen principalmente del ámbito social y familiar, que una ciudad pequeña como la nuestra tiene más de veinte mil universitarios y que la gente no se resigna a perder el cafetico, el vinico, el juevintxo, una comidica con la familia o unas costillicas con los amigos, pues quizá haya que tomar más medidas en ese sentido. Es cierto que en el ámbito privado hay gente que hace lo que le da la realísima gana y que es a la hostelería a la que le está tocando pagar el pato en buena medida. Habrá que buscar soluciones eficaces y urgentes para ayudar a este sector, sin duda, pero ahora, de momento, parece que lo más prudente sea intentar frenar los contagios reduciendo el alterne, aunque sea durante unos días. Ya sé que estas medidas no son populares y que tiene detractores, como la IDA (Isabel Díaz Ayuso), que dice que esto no es solución porque si se cierran los bares la gente se lleva el virus a sus casas y es peor. En fin, otro sabio comentario de esta mujer.