Decía Ferlosio. Hay algo arrebatadoramente oscuro en esa especie de sentencia shakesperiana que deja sin aliento. En fin, creo que me va a salir una columna pesimista. Vaya por delante una cosa: a la hora de escribir esto, no puedo conocer los porcentajes de participación real en la huelga. Pero las previsiones son chungas y a eso me atengo. Se habla de fracaso. Imagina por un momento que hubiera sido un éxito. Una huelga general mayoritaria. Con todo cerrado. Hasta los bares y las cadenas de radio y TV. Sin servicios mínimos, salvo en urgencias. Paro total. Con la gente cabreada de verdad, llenando las calles. ¿Puedes imaginar una convulsión social así en estos tiempos? Es difícil. Ese tipo de fervor colectivo resulta lejano. ¿Qué ha pasado con las masas? ¿Ya no rugen? Lo cierto es que no mucho. Ahora bien, tampoco me extrañaría que volvieran a rugir en el futuro. Si hay una cosa medianamente clara en este mundo es que siempre puede deteriorarse todo todavía un poco más. De modo que, para lo que sí va a servir esta huelga es para retratar a la sociedad actual. Su estupor, su desunión y su desconfianza. Y también, claro, para retratar a los sindicatos. En los últimos días la derecha ha atacado insistentemente a los sindicatos. No me he enterado de todo lo que se ha dicho, ni quiero. Pero conozco a gente (a la que no le haría ninguna gracia que la tacharan de derechas), que tuerce el morro y cabecea con desgana cada vez que sale a relucir el papel de los sindicatos en los últimos tiempos. No creo que se estén jugando el ser o no ser, como se ha dicho. Pero sí es posible que se estén jugando más que el propio Zapatero, que al fin y al cabo ya está liquidado hace rato. Al final va a resultar que son los sindicatos los que, deliberadamente o no, se han situado bajo el foco. Y pase lo que pase hoy, van a tener que hacer algo. Empezar a erradicar inercias. A desoxidar viejas rutinas. Y, en definitiva, a reinventarse. Para las nuevas generaciones. Porque todo hace sospechar que su poder de convocatoria y su capacidad de unión va a ser muy necesaria en el futuro. Visto lo visto, ya casi nadie duda de que otro mundo peor es posible.