sube la natalidad en Navarra. Parece que el leve cambio de ciclo en la economía ha animado a muchas parejas a correr el riesgo de aumentar la familia, con todo lo que ello implica. Digo riesgo porque tener un hijo o una hija no es un acto insensato ni el fruto de un calentón, aunque a veces se suele dar esa doble coincidencia. Porque ese trance, meditado o no pero finalmente aceptado, acarrea gastos económicos y desgastes emocionales. También es gratificante, pero los valores inmateriales, pese al cambio de tendencia, siguen cotizando a la baja. Traer una criatura al mundo sale caro, aunque el repunte de la natalidad en un país desarrollado exponga la confianza de sus habitantes en el futuro y ayude al sostenimiento ordenado de una pirámide poblacional en la que los niños y niñas de hoy serán, por número, capaces de sostener los gastos de sus mayores, sus jubilaciones y su sistema de pensiones.
Baja el paro. Y la gente que accede al mercado laboral mira el futuro con un poco menos de inseguridad, decide independizarse, vivir en pareja y hasta correr ese riesgo de tener hijos. Sube también el número de afiliados a la Seguridad Social y las arcas de las que ha echado mano Rajoy para sufragar otros gastos extraordinarios durante la legislatura que ahora concluyen toman aire o euros, que parecen palabras similares. Pese a los datos positivos, se sigue destruyendo empleo y la mayoría de los nuevos contratos son temporales y los salarios han menguado.
La pregunta de la ecuación es: ¿qué futuro les espera a los bebés nacidos en este periodo de aumento de natalidad y merma del paro? La respuesta la daba el martes la OCDE y no es optimista: los jóvenes se verán afectados porque no está a su alcance un trabajo de por vida y con los actuales niveles de paro juvenil generarán una pensión mucho menor que la de sus padres. Navarra, según las cifras facilitadas ayer, registró 50 desempleados menos en noviembre, pero con las perspectivas que plantea la OCDE el riesgo de sufrir en adelante las consecuencias de un calentón insensato parece descartado. Por pura ecuación.