los salarios son uno de los mejores indicadores para pulsar el momento que vive una sociedad. Desgraciadamente no siempre experimentan alzas similares a los de la economía, pero su incremento es señal inequívoca de periodos de crecimiento. Por ello, los datos que arroja la Encuesta Anual de Coste Laboral correspondiente a 2018 elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), conocidos ayer, apuntan a que los sueldos van poco a poco recuperando el músculo que perdieron tras la profunda recesión de comienzos de esta década. Como es habitual, en este ranking Navarra ocupa un lugar cabecero. Se mantiene como la tercera comunidad con los salarios más elevados del Estado, tras Madrid y la CAV, y es uno de los territorios en los que han subido por segundo año consecutivo. No hay que perder de vista que los sueldos bajaron en 2011, 2012, 2013, 2015 y 2016, por lo que estos dos incrementos seguidos en los dos últimos ejercicios vienen a confirmar que la recuperación de la economía por fin va llegando a los bolsillos de la ciudadanía. Algo que no terminaba de suceder pese a que en 2014 se salió técnicamente de la crisis, debido a que la reforma laboral del PP, apoyada por UPN, posibilitó que se creara empleo en condiciones de precariedad que repercutió directamente en que la media salarial descendiera. El crecimiento, en todo caso, se ha moderado desde el espectacular 4,1% que subieron los salarios en 2017 al 1,7% que lo han hecho el pasado año hasta alcanzar los 24.990 euros de media. Por sectores, es la industria la que mejor paga, si bien sus salarios apenas han mejorado con respecto a 2017. Por el contrario, el sector servicios, que continúa siendo el que tiene los sueldos más bajos, es el que mayor subida registra con un 2,8%. Otro buen dato lo ofrece la construcción, con un crecimiento medio del 1,4%. En el conjunto del Estado, la mejor evolución salarial la protagonizan las Islas Baleares, con una subida mediad del 3,3%, seguidas de la CAV (2,4%), Canarias y Catalunya (ambas con 1,8%) y Navarra (1,7%). La otra cara de la moneda tiene su reflejo en La Rioja y Castilla-La Mancha, donde los salarios bajaron el 1,4%. Además, también fueron inferiores a los registrados en 2017 en Andalucía (1%), Comunidad Valenciana y Murcia (las dos perdieron el 0,2%) y Asturias, que bajó un inapreciable 0,02%.