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¡Pobres magistrados del Constitucional, coaccionados por los rojos!

¡Pobres magistrados del Constitucional, coaccionados por los rojos!E.P.

La prensa de orden vive su propia aventura, la del lobito bueno al que maltrataban los corderos, según los versos de José Agustín Goytisolo que musicó Paco Ibáñez. La versión oficial es que es el Congreso rojoseparatista el que se cisca en el estado de derecho y el que ha secuestrado al pobrecito Tribunal Constitucional.

Todo eso, con titulares de alto octanaje, como el de apertura de ABC“El Gobierno arrolla la división de poderes”—, que tiene su complemento en un editorial bajo el encabezado “El golpismo no es de los jueces”. Efectivamente, excusatio non petita. Los malos son los otros: “Ningún Parlamento tiene primacía sobre otros estamentos del Estado que están precisamente para vigilar, supervisar e impedir vulneraciones de ley. Eso solo ocurre en las democracias orgánicas. No todo lo que aprueba un Parlamento es legal por el mero hecho de gozar de mayoría. El principio de legalidad, que es el que ahora se conculca, está por encima de la acción política y las mayorías. Es simplemente la virtud de la separación de poderes”.

También en el vetusto, el pretendido intelectual Ignacio Ruiz Quintano saca el comodín de moda: “En este momento comienzan los golpes de Estado. Lo más parecido a un soldado, por su disciplina, que tenemos en España es un socialista, y por eso el sanchismo es el escogido para torcernos el brazo, «ante la indiferencia o el aplauso de la nación», tal como en los casos, dice Burckhardt, de César y los Napoleones, que cubren las apariencias”.

¿Y qué hay que hacer ante tal situación? Pues leyendo a Carlos Herrera en la cabecera madrileña de Vocento, se diría que hay que lanzarse a las barricadas: “¿Qué más hace falta para que los españoles, con alarmante indolencia, se levanten en legítima protesta contra el asalto indisimulado a las reglas de juego que este gobierno 'golpista' elabora en cada uno de sus gestos? (Discúlpenme las comillas). Puede que hoy sea cenagoso, pero mañana, a buen seguro, será tarde”. Sí, muchas comillas, pero también ha usado la palabra.

“Hay que parar el autogolpe de Sánchez”

Editorial de El Debate

Igualmente lo hace el incendiado editorialista de El Debate, del mismo modo que se apunta a arengar a las masas. La pieza se titula “Hay que parar el autogolpe de Sánchez”, y concluye así: “Esto debe parar, con urgencia, antes de que los daños sean irreparables y se culmine un ataque inédito a los pilares de la convivencia en España, perpetrado insólitamente desde el propio Gobierno, primer garante de la legalidad pero, en la práctica, su mayor enemigo en este momento”.

Gabriel Albiac, columnero ahora del diario ultracatólico, hace los bises. ¿No queríamos golpe? Pues golpe y medio: “No, Sánchez no defiende ninguna «izquierda». Defiende un golpe de Estado que fragmentará la nación. Nadie sueñe salir indemne de eso”. Todo esto, en un medio que, bajo el epígrafe “El día de la infamia”, abre su portada digital con este titular: “El PSOE y sus socios aprueban la mayor tropelía legislativa de la era Sánchez”.

"Vivimos horas singularmente bajas en nuestra democracia"

Editorial de La Razón

El editorialista de La Razón también tira de retórica pomposa y plañidera: “Vivimos horas singularmente bajas en nuestra democracia, objeto de la pulsión arbitraria de la izquierda. Los magistrados del TC la padecieron ayer, como antes otros. Fueron coaccionados e insultados por diputados de la mayoría gubernamental al más puro estilo bolivariano por cumplir con el deber de abordar un recurso de amparo de la oposición ante iniciativas contra los derechos de los diputados y las salvaguardas constitucionales como las que salieron adelante. El Congreso no es omnipotente, sino que está limitado por la norma fundamental y el TC tiene la obligación de velar por ella y actuar en consecuencia”. ¡Ay, si nos dieran un euro por cada vez que los amanuenses diestros han proclamo que vivíamos las horas más bajas de la democracia!

En el periódico azulón, Sandra Golpe (Sí, ya es casualidad lo del apellido) se abona a la demasía de rigor y titula su texto “Resucitando a Tejero”. Las expectativas quedan defraudadas en la letra menuda: “Hace solo unas horas, con Pedro Sánchez ausente del Congreso, han salido adelante la eliminación del delito de sedición, la rebaja del delito de malversación –que reduce a más de la mitad, en muchos casos, las condenas de los líderes del Procés– y se han cambiado las reglas del juego para elegir a los magistrados del Tribunal Constitucional por la vía urgente, sin debate parlamentario ni informes previos”. Por cierto, señora Golpe, Tejero sigue vivo.

Sorprende que le director, Francisco Marhuenda, se vaya por otra petenera. Sin embargo, bajo su homilía encontramos la de Luis María Anson, que es una glosa al caducado presidente del Tribunal Constitucional que ayer amagó con atrincherarse: “Pedro González-Trevijano sabe que nuestro régimen de libertades depende en estos momentos, en gran parte, de que la Justicia española se evada de la voracidad sanchista y mantenga su independencia. Y desde la ley está dispuesto a que la división de poderes, fundamento de la democracia, se mantenga en España”. De la ley a la ley, glups.

Tiene su puntito que Pedro J. Ramírez vea justo lo contrario que Anson en García Trevijano. Según el director de El Español, Trevijano se rajó cobardemente. Lean: “Trevijano no debería jamás haber agachado la cabeza frente a insultos tan necios. Porque peor que pasar a la historia como el presidente del TC que bloqueó cautelarmente la posible inconstitucionalidad de una reforma gubernamental que liquida la regla del consenso es pasar a la historia como el presidente del TC que propició, con su inacción, que el Gobierno controlara y desactivara todos los contrapesos institucionales al poder del Ejecutivo”.

Aunque podríamos seguir un rato largo, vamos bajando la persiana por hoy en El Mundo, que hace una curiosa pirueta en primera titulando así sobre el asunto: “El PSOE emula el discurso del ‘procés’: o jueces o democracia”. En el editorial de acompañamiento, sin embargo, el encabezamiento reza “El PSOE deslegitima a los jueces”. Y a partir de ahí, el amanuense tira millas: “El Gobierno avanza en una deslegitimación del sistema democrático español que traerá consecuencias graves y duraderas. La estrategia es clara: todas aquellas instituciones que no se someten a sus aspiraciones de control son presentadas por el PSOE y por su bloque de poder como enemigos de la democracia y como prueba fehaciente de que el sistema de derechos y libertades que nos protege desde 1978 está quebrado. El presidente Sánchez está acelerando un ambiente preconstituyente en el que los partidos de derecha y centroderecha, los jueces no sujetos a la obediencia del PSOE y los medios de comunicación críticos son señalados como agentes ilegítimos e incluso golpistas”. Que hartura, ¿eh?