“A Medio Lavar”

Ha quedado para los restos como ‘Rabocop’. Les hablo del policía infiltrado en los movimientos okupas e independentistas de Catalunya al que cinco mujeres acusan de abuso sexual. Un héroe, según clamaba Carlos Herrera en ABC: “Y este policía, en particular, merece una medalla pensionada: aguantar durante un par de años a esta colección de cretinos y, por demás, horizontalizar la ternura con un puñado de jóvenes a medio lavar no hay sueldo que lo pague”.

“Pelos en los sobacos “

Una tal Rosa Martínez abundaba en Vozpópuli por la gracieta soez refocilándose en la higiene: “¿Es que nadie piensa en el pobre muchacho? ¿En su sacrificio? Imaginad ser un hombre aseado, pulcro, que entrena para mantenerse en buena forma, porque esos músculos no se hacen solos, que acostumbra a relacionarse con mujeres que también se cuidan… Y, de repente, se ve en la obligación de tener que proporcionar orgasmos a mujeres con pelos hasta en los sobacos y que no son famosas por el uso del jabón”.

Un macho español

En El Español de Pedro Jota, Cristian Campos vertía machirulina rancia por arrobas: “¿Qué era lo que atraía a tan empoderadas mujeres de un macho con un cuerpo heteropatriarcalmente normativo y los abdominales forjados con acero de fundición? ¿Qué les llevaba a preferir a tan arquetípico ejemplar del sexo masculino en detrimento de sus compañeros deconstruidos, tan sensibles y comprometidos ellos con sus necesidades emocionales y la liberación nacional de la patria oprimida?”

Meterse en Jarrai para...

El donostiarra Chapu Apaolaza (La Razón) traía el asunto a su tierra: ”Después de mucha observación de los diferentes perfiles de terroristas, hablando por derecho podemos concluir que alguna gente entraba en Jarrai para follar”.

Imposible en Euskadi

El profundo intelectual (ejem) Jon Juaristi, recurría también al manido chiste: “El ambientillo de los movimientos sociales en Cataluña parece excesivamente acogedor, permisivo y confiado. En el País Vasco resultaría inimaginable un caso como el de DHP. Allí no se consideraría delito. Ni siquiera pecado, sino un milagro desconcertante. El modelo habría resultado del todo ineficaz en Eibar o, nada digamos, en Alsasua”.