Resulta muy cansino tener que aceptar que periódicamente el nombre de Navarra y de los navarros y navarras sea vapuleado desde Madrid. Cualquier mindundi de medio pelo se cree con el derecho de insultar, descalificar y manosear políticamente la realidad social, política, económica, laboral o cultural de Navarra. Se descalifica su identidad política y cultural y su autogobierno foral. De lo más suave como insolidarios, egoístas o privilegiados a lo más atroz como asesinos, etarras, racistas, etcétera. Todo un compendio de dedicatorias infames e inaceptables. Ahora ha sido la tal Díaz Ayuso, presidente del PP de Madrid por obra y gracia de los votos de Ciudadanos y de la ultraderecha de Vox. Paletos dice que somos los navarros y navarras por inventarnos una identidad para parecer más navarros y navarras. La estupidez no tiene un pase. Es solo otra muestra de que Díaz Ayuso es una ignorante y una indocumentada intelectual como han sabido pronto sus conciudadanos madrileños. No la estoy descalificando, la estoy describiendo. Con todo, me preocupa muy poco lo que pueda decir de los navarros y navarras Díaz Ayuso. Me preocupa más como navarro que esta política del PP es socia de UPN en Navarra Suma -su discurso contra los derechos históricos de Navarra reconocidos en la Constitución es similar al de Ciudadanos o Vox-, y que han sido precisamente los principales líderes de UPN quienes desde la perdida del Gobierno de Navarra en 2015 han utilizado Madrid como foco de desprestigio político y mediático contra los intereses generales de Navarra. Basta repasar las entrevistas de Esparza en Madrid o los recientes discursos de sus diputados García Adanero o Sayas en el Congreso arrastrando por la miseria el nombre y la dignidad de esta tierra. Todo se reduce a trasladar la imagen de Navarra al barullo de exabruptos, histrionismo, mentiras y exageración que domina la política española. Pero Navarra tiene la tasa de paro más baja del Estado, es una de las comunidades que lidera la creación de empresas y empleo, ha reducido la deuda y el déficit, ha apostado por un cambio de las prioridades presupuestarias para atender las necesidades sociales y ha avanzado en las políticas de convivencia. La mayoría de la sociedad navarra vive con normalidad en la Navarra de hoy. Y esa realidad no hay insulto que la pueda modificar. Otra razón para echar a correr.