l dictamen del Consejo de Navarra que avala la valoración del euskera al menos como mérito en el acceso a las administraciones públicas de Navarra también en la llamada zona no vascófona introduce un mínimo de racionalidad jurídica y social en un debate que la derecha navarra lleva años contaminando políticamente. Y señala en toda su crudeza la denigrante intención de eliminar la visualización y realidad de esta lengua en esa zona de Navarra impulsando la valoración como mérito de otras lenguas extranjeras -el inglés, el francés, el alemán o el chino o el finés si fuera necesario-, mientras se excluía el conocimiento de esta lengua propia y natural de toda Navarra. La normalización del euskera también en la zona no vascófona en un paso ineludible para avanzar en la normalización social del euskera en positivo. Lo otro eran trampas al solitario que tendía insistentemente UPN y ahora Navarra Suma -en algunos casos con la complicidad de determinados tribunales- para seguir utilizando el euskera como un elemento clave de su estrategia de fomentar la confrontación institucional y social entre ciudadanos y territorios de Navarra. No es un paso definitivo, sino un simple avance mínimo para paliar la situación de desigualdad de derechos que padecen navarros y navarras en materia lingüística en amplias zonas de Navarra. Un anacronismo histórico más de Navarra en el contexto europeo consecuencia de la vieja política. Se trata de mantener a toda costa la anormalidad democrática con el euskera como si fuera normalidad, cuando no lo es. Que haya que seguir buscando consensos de mínimos, legislando una y otra vez con todo tipo de absurdas precauciones, recurrir a análisis jurídicos, a la movilización social, etcétera para impedir los intentos de mantener el euskera en el ostracismo, la desaparición visual y la exclusión y para poner coto a la imposición al conjunto de los navarros y navarras de la estrategia de la derecha -su única aportación es la amenaza judicial o la eliminación política como ahora de nuevo en Pamplona- contra esta lengua histórica de Navarra son ejemplos evidentes de esa anormalidad democrática. Un paso importante, pero solo un pequeño paso.