a propuesta presentada ayer por el equipo de gobierno de Navarra Suma sobre la programación estival en Iruña tiene delito. Millón y medio de euros para actividades culturales y festivas que se financian con la partida fallida de Sanfermines. En primer lugar, porque se vende humo sin llegar a atar, más allá de renovar los ciclos de años anteriores como las actuaciones en Ciudadela, ninguna de las actividades de nuevo cuño. Y, además, se lanza horas antes de que se celebre la Mesa de los Sanfermines, es decir, sin haber contado con ninguno de los colectivos que conforman la mesa a la que por cierto tampoco llamó Maya a la hora de despedir las fiestas. De ahí que la Federación de Peñas decidiera plantarse ya que venía pidiendo la convocatoria de este foro desde febrero. Tampoco el presunto cartel ha sido consensuado con el resto de grupos políticos. Incluye un campeonato mundial de ajedrez online y el Gran Premio de Hípica Murallas de Pamplona con 1.500 participantes previsto para septiembre. No puede ser la oferta menos imaginativa, además de temeraria (cita la participación de 1.500 participantes nacionales e internacionales "en el evento más multitudinario en la historia de la hípica navarra"). Cuando el objetivo es que haya programación cultural "en la calle todos los días" pensando en "recintos acotados" y "actividades en los barrios", ¿cómo es posible que asociaciones vecinales ni colectivos sean consultados? ¿No será que queremos forzar unas seudofiestas en solitario y, además, hacer creer que vamos a dinamizar la ciudad para contentar a sectores económicos aunque estemos en plena pandemia?