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El feminismo es para todas

El feminismo es para todas

Vivimos un momento en el que muchas palabras parece que pierden su significado y su valor. Palabras usadas, abusadas y desgastadas hasta la saciedad que quedan totalmente vacías de valor. Son muchas, pero nos preocupa especialmente el uso que se hace de las palabras “feminismo” y “mujer”.

El feminismo es el movimiento político, económico, cultural e internacionalista que tiene a la mujer como sujeto político de su lucha. Probablemente el único con una agenda clara: la lucha por los derechos de la mujer. Siempre necesario, siempre en alerta, porque si algo sabemos las mujeres es que lo que conseguimos a base de esfuerzo y años de lucha lo podemos perder por capricho o ideología del gobernante de turno.

Este año habrá varias citas electorales y todas y todos dirán ser “feministas”, que ellos nos han dado los pocos derechos que tenemos, usarán estos derechos de manera partidista y electoralista. Mientras tanto, la realidad sigue siendo que la pobreza tiene rostro de mujer; que ningún partido o sindicato lucha realmente por acabar con la brecha salarial que nos perjudica a las mujeres; que no vemos manifestaciones de hombres pidiendo ser cuidadores, tampoco a los de las “nuevas masculinidades”. La realidad es que sigue habiendo mujeres en prostíbulos, la mayoría de ellas víctimas de trata, violadas todos los días por hombres que pagan por sexo, y sí, eso también es violar. La realidad es que hay mujeres usadas para gestar niños para otros. La realidad es que cada vez hay más mujeres y niñas víctimas de violencia machista y en edades más tempranas. La realidad es que se hipersexualiza a las chicas por la influencia del porno y que, cada vez más, ellas consienten relaciones sin desearlo. La realidad es que cada vez hay más chicas adolescentes que se dicen “trans”, no porque quieran ser chicos sino porque no quieren ser mujeres y soportar la feminidad que se nos impone. La realidad es que se está hormonando a niños y niñas que rompen con los estereotipos de género.

La feminidad y la masculinidad son los géneros que se nos imponen en base a nuestro sexo, no son una identidad. Por él se nos exige docilidad, sumisión, ser cuidadoras, agradar….que todo es antes que lo nuestro y si no acatamos el patriarcado se nos castigará con violencia, abuso y agresión.

El feminismo es abolicionista y tiene que seguir siendo la herramienta que nos ayude a entender las causas de violencia y explotación hacia la mujer; necesitamos que siga siendo así. Por eso creemos que hay que retomar la agenda feminista y reivindicar, claramente, la mujer como sujeto político de la lucha feminista.

Hace tiempo ya que quienes toman las decisiones para la manifestación del 8M en Pamplona (y en otros muchos sitios) parece que están primando los intereses de partidos políticos y se llega al punto de no poder poner la palabra “mujer” en el lema principal de la pancarta. Las líneas rojas se han convertido en un agujero negro donde la causa y objetivos de la lucha han desaparecido. Es necesario ir a la raíz del problema para luchar, pero antes es necesario recuperar nuestro derecho a tener una palabra para nombrarnos para ir a la raíz del problema. Cuando no se es capaz de utilizar la palabra “mujer” en un lema para el 8M es un síntoma bastante claro de que por ahí no es. Si le quitamos importancia al hecho de no poder calificarnos con una palabra porque hay hombres que dicen que se sienten mujer, estamos nuevamente dando más importancia a lo que sientan los hombres. Y por ahí tampoco es. Decir la verdad no es odiar. Es la única manera de poder definir cuál es la situación en la que nos encontramos para poder actuar contra toda la injusticia, desigualdad y violencia a la que nos enfrentamos a lo largo y ancho del mundo, sin perder de vista que si en algún momento se consigue acabar con toda la desigualdad será en beneficio de todas las personas.

La involución en derechos a la que asistimos hace unos años es a nivel mundial. Necesitamos conceptualizar bien para poder seguir luchando contra todas las desigualdades e injusticias que sufrimos por nacer con sexo femenino. No podemos permitir que nos quiten el derecho a tener una palabra para nombrarnos ni para nombrar nuestra lucha, menos ahora que se acaba de aprobar la primera Ley estatal que criminaliza al feminismo al catalogar como delito de odio una de sus principales reivindicaciones: la abolición del género.

Gora borroka feminista!

Garenak emakume feministak