pamplona. Tan endeble debe ser la confianza en este Osasuna y en su entrenador que, tras conseguir cuatro puntos en los encuentros consecutivos ante Real Madrid y Mallorca, se llega al partido de hoy sin disimular un ambiente de crisis que no ayuda a la consecución de los objetivos deportivos. La igualdad en la zona baja de la clasificación, la reacción de algunos rivales directos que no acaban de entregarse y que, al contrario, dan signos de querer pelea, también favorece el clima de urgencia en el que se maneja el club. Y como ni los equipos más expertos o con más recursos saben moverse en estos lances, Osasuna intenta centrarse en lo deportivo mientras aprieta la clasificación, ruge la grada y la incertidumbre no cesa. No cambia la obligación de Osasuna para este nuevo encuentro fuera de casa, aunque su historial como visitante le resta credibilidad. Sin ganar un partido lejos de Pamplona desde hace más de un año, uno de los problemas que afrontan Camacho y los suyos es romper con la rutina, tanto la propia como la de los rivales que, indiscutiblemente, deben salir con un plus de tranquilidad y motivación ante ese equipo que pierde casi siempre. Si Osasuna quiere ganar en Anoeta, deberá por fin hacer las cosas de otro modo y plantear alguna estrategia más allá del despreocupado intercambio de golpes a pecho descubierto. Algo que, evidentemente, no ha funcionado en muchísimas ocasiones. Para atacar el partido, no estaría mal que Osasuna no olvidara lo obvio: hoy toca derbi, duelo entre equipos vecinos, donde la rivalidad bien expuesta aumenta el tono del juego y el interés amplifica la intensidad. Por encima de todo, los rojillos tendrán que hacerlo bien porque en Anoeta no se puntúa tan fácil y la Real es un equipo, en sentido estricto, que atiza de lo suyo del centro del campo hacia delante. Hay que cambiar ya de forma radical si se quiere salvar la categoría. Camacho, que ya ha oído esta semana el nombre de su sustituto para el banquillo en el caso de que las cosas no salgan bien, ha ido viendo cómo se le incrementaban las dificultades para configurar el equipo conforme la semana avanzaba. Ayer, en el último instante del último entrenamiento, perdió a uno de sus jugadores más importantes, Sergio. El central se retiró con un dolor muscular en el bíceps femoral de su pierna izquierda y la precaución recomendó que se quedara fuera del partido de hoy. Sin Sergio y sin Aranda también lesionado durante la semana, Camacho ha perdido a dos titulares del último encuentro. Además, las pruebas de los últimos días anuncian unos cuantos cambios respecto a la alineación del domingo pasado. Damiá regresa al lateral derecho en lugar de Nelson, Nekounam y Masoud entran en la alineación en los puestos de Soriano y Coro, y Lekic también parece que tiene sus opciones para ser el hombre más adelantado, ocupando el sitio del lesionado Aranda. Si a ello se une que el percance de Sergio abre un hueco en el eje de la zaga para Josetxo o Lolo, resulta que Osasuna puede presentar hasta cinco variantes en el once inicial respecto al que jugó ante el Mallorca. En el entrenamiento de ayer, de todos modos, no quedó despejado del todo el reparto de papeles en el juego ofensivo. Camacho probó con Pandiani junto a Lekic, pero también cambió petos para entregar la posición del 9 a Masoud y ceder entonces el sitio del iraní en la banda a Coro. Enfrente, la Real Sociedad intentará seguir enseñando su buen tono como equipo local y, por encima de todo, que su contundente juego ofensivo no note la ausencia de Xabi Prieto, su jugador estrella.
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