Estella - Con 33 años y después de más de una década en el fútbol profesional, ¿se encuentra Oier en su mejor momento?

-Me encuentro bien y estoy disfrutando mucho. Y lo digo con sinceridad. Resulta muy significativo que entre los compañeros del equipo hayamos comentado que el ambiente y el fútbol que se ha respirado en estos dos últimos partidos en El Sadar, contra el Sevilla, que fue el día que me expulsaron, y contra la Real Sociedad, que perdimos 3-4, disfrutamos como enanos en el campo. El ambiente que se respira en El Sadar es brutal y el protagonista que está en el césped es un verdadero afortunado de poder vivir eso. Nunca he sentido que El Sadar ruja con tanta fuerza como ahora. Además, estoy disfrutando porque, a nivel mental, el estrés que supone jugar en Osasuna y ser deportista de élite lo tengo más controlado que nunca, lo he dominado y aprovecho los días al máximo. Estoy sacándole todo el jugo que puedo y estoy feliz.

Tiene contrato con Osasuna hasta el 30 de junio de 2021. ¿Hasta cuándo seguirá jugando?

-Hasta que el cuerpo aguante, no puedo decir otra cosa. Cuando vea que cada vez me cuesta más, el fútbol me irá dejando las cosas claras, pero por ahora no contemplo dejarlo.

Así que queda Oier para rato...

-Queda, queda.

¿En Osasuna?

-Sí, sí.

Pero ha tenido tentaciones de salir del club en algún momento...

-Pero eso lo quiero matizar. He estado tentado más que nada porque todos somos humanos y a todos nos puede llegar a afectar un poco la situación que se vivió aquí a nivel institucional y esa sensación de abandono que tuvimos los que nos quedamos. Hubo momentos en los que te sientes afectado y dolido por la gestión que hubo y porque, al final, fuimos los jugadores los que nos tuvimos que quedar un poco a sacar las castañas del fuego en lo deportivo. Sí que hubo alguna llamada de algún otro club de Primera y te lo planteas, pero, si me quedé, es por algo, porque hice una reflexión en la que dije: "Yo soy de aquí y Osasuna me lo ha dado todo". Pese a sentirme un poco contrariado con la situación que se produjo, la decisión fue acertada y, al final, en el fútbol, tal y como yo lo entiendo, que trasciende mucho más de lo económico, hay muchos más valores y soy un afortunado de poder estar en casa, con mi familia y con mi gente alrededor, y eso no lo puede decir mucha gente. Lo contemplé, lo valoré, le di importancia a eso y ahora no me arrepiento y me siento súper orgulloso.

Dice que Osasuna le ha dado todo. ¿Y viceversa?

-Claro. Los futbolistas somos unos afortunados porque vivimos una serie de sentimientos muy fuertes y también somos conscientes de que hacemos feliz a la gente y de que la gente también lo pasa mal con nosotros, y todo esa mezcla es una gozada. Pero yo también soy una persona muy dedicada. Al club o la empresa que cree en mí le intento corresponder con todo mi trabajo y todo mi buen hacer.

Habla de experiencias vividas, pero le esperan otras como la de ser el capitán de Osasuna en 2020, año del centenario del club.

-Me motiva mucho. Precisamente estuve hablando con mis aitas en la comida de Navidad de la suerte que he tenido, sobre todo porque la temporada del ascenso se recordará conmigo como capitán y el año que viene, quiero pensar que en Primera División, ser el capitán de un Osasuna centenario es algo muy grande y me emociona.

Antes de ver el documental del ascenso dijo que igual se le escapaba alguna lagrimilla. ¿Lloró?

-Estuve a punto, pero no. Aunque ya lo he hecho en privado, tengo que dar la enhorabuena en público al departamento de comunicación. Ha hecho un trabajo completo e interesante. Describe muy bien cómo vivimos ese año tan especial y también me quedo con esas situaciones del día a día, que es lo que más le ha sorprendido, por ejemplo, a mi mujer: cómo nos desenvolvemos en el desayuno, en el vídeo, en las comidas, en el autobús yendo al partido, en el avión? Al aficionado le gusta ver cómo actuamos con naturalidad y es la forma de demostrar que somos una piña, uno de los secretos por los que conseguimos el objetivo. Es pura naturalidad y en eso Jagoba ha marcado un camino que hacía falta.

Acumula ya 278 partidos con el primer equipo de Osasuna, el décimo jugador que más en la historia del club...

-He comentado muchas veces con mis padres que, cuando yo entré con 17 años a Osasuna, quién me iba a decir que 16 o 17 años más tarde iba a estar hablando de este tipo de cifras y de ser el posible capitán en el centenario. Pero también me lo he currado y aún me quedan ganas para seguir rompiendo marcas y compitiendo conmigo mismo. - J.L./Foto: Unai Beroiz